Luego de este largo fin de semana debes estar aún resaqueada en alguna parte del país. Con dolor de cabeza, sin ganas de comer. Crees que tu estómago no aguantaría ni un vaso de agua. Te la has pegado alegremente desde el miércoles en la tarde y a estas alturas del partido sientes que te vas a morir. No quieres mover ni un dedo. Si estás en la playa, solo esperas que el mar te relaje y el sol no te deshidrate. Si estás en la sierra, que el frío y el paisaje apaguen el ‘tic tac’ de tu cabeza. Si estás en la selva, te aconsejaron tomar camu camu heladito para refrescar el caldero que sientes en la boca. Y si estás cerca a Lima y saliste en tu carro, solo ruegas que a la medianoche del 31 alguien haya recordado pedir como deseo de Año Nuevo, que hoy la carretera esté vacía.
Tengo palabras de consuelo para ti: nada es tan malo como parece. Si perteneces al grupo que he descrito arriba significa, para empezar, que no tienes hijos. Y no es que tenerlos esté mal pero una vez que nacen, los mayores dolores de cabeza que tendrás los va a ocasionar tu niño y no el alcohol. Así que si disfrutas ir de fiesta, aprovecha al máximo este momento de libertad. De repente entre tus deseos para el 2015 es ser madre. Entonces, pídete un traguito más donde estés y tómatelo en mi nombre porque tal vez sea el último que tomes en un buen tiempo.
Tener quien te ayude a cuidarlo las 24 horas del día, de lunes a domingo, no es suficiente para seguir con una vida más o menos normal. Ni qué decir si te dedicas a tu hijo a tiempo completo.
Recuerdo esas largas conversaciones con el papá de Fabio sobre la importancia de invertir en dos personas que nos ayuden a cuidar al bebe para tener momentos para nosotros a solas. «No importa así dejemos de comer», decíamos ingenuamente. Creo que los niños no solo nacen con un pan bajo el brazo sino también con un sticker que al nacer te pegan en el pecho. Dice: «Culpable» y solo lo llevan las mujeres.
Si no tienes hijos y no has trabajado desde el miércoles siéntete afortunada. Este pechito en cambio ha estado en el canal el 31 de diciembre hasta las 4 de la tarde y el viernes 2 desde las 4 de la madrugada para dar todas las noticias. Probablemente no me haya visto ni mi mamá.
Otro asunto importante es la plata. Si has podido pagar cinco días de celebraciones es porque has tenido un buen año económicamente hablando. Otras hemos tenido gastos fuertes y en enero me esperan unos más bravos.
Luego de esta renegada de fin de año, ahora toca admitir que la mujer en sierra-costa-selva del primer párrafo era yo hace más de 15 años. Ojalá pudiera jugar con el tiempo para contarle lo que viene y deje de preocuparse por tonterías. Ahora así soy feliz: Sin resacas y con las justas de plata. Acompañada de Fabio y su papá.
Este ha sido uno de los mejores años de mi vida. Creo el 2014 ha estado lleno de enseñanzas. Entender a mi hijo y mi rol de madre fueron las cosas más destacadas. Cuando se le metió un virus en el cerebro hubo un quiebre en nuestras vidas que nos unió aun más como familia. También mi nueva vida de pareja, criando a un niño sin matarnos en el camino, ha sido la base de mi crecimiento profesional. Se podría decir que un año redondo. ¿Qué capítulos vendrán en el 2015? Verónica de los 90: tómate una pastilla para el dolor de cabeza y empieza a arreglar tus cosas para el camino de vuelta. Que cada año será mejor aun.