(Foto: Shutterstock)
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Redacción EC

Tarde o temprano la exposición al sol en verano termina pasando factura a nuestra . Más allá del hecho de si buscamos o no un bronceado, el rostro es una de las zonas donde este efecto cobra mayor notoriedad. Por ello, debes tener en cuenta la inclusión de algunos tips básicos en tu rutina de

Para empezar, es indispensable que apliques en tu piel una rutina de limpieza, hidratación y tonificación. Trata de que sea lo menos invasiva posible, pasando por alto cualquier tipo de exfoliación.

También es importante que aún teniendo la piel del rostro bronceada, te apliques bloqueador. La cantidad recomendada es de 2 miligramos por centímetro cuadrado de piel. También está la opción de utilizar bb creams y bases de maquillaje que ya contengan factores de protección solar.

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A continuación, aplica base de maquillaje solo si hay necesidad de emparejar. Si tu bronceado es prolijo, omite el uso de este producto y solo emplea un corrector de alta cobertura en un tono medio. (en verano es mejor no recargar la piel con muchas cosas, pues la deshidratamos aún más al cubrir los poros).

Otra recomendación es utilizar sombras en crema, pues su duración es más larga y no se corren con la humedad. La iluminación también es importante para refrescar la piel del rostro. Trabaja con puntos de luz en las siguientes zonas: desde los pómulos hasta la sien, nariz, mentón y frente (si es que la tienes pequeña). 

Para finalizar, no te olvides de hidratar tus labios, prescindir de los labiales mate (porque tienden a resecar) y exfoliar esta zona de vez en cuando. Lo puedes hacer mezclando azúcar y miel, aplicándolo con masajes circulares. 

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