Placentofagia: ¿comerías tu placenta después del parto? - 3
Placentofagia: ¿comerías tu placenta después del parto? - 3

Ya sea cocida, deshidratada o cruda, la placenta también se come. Los defensores de esta práctica aseguran que casi todas las hembras de los mamíferos lo hacen después del parto, entonces ¿nosotras también?

Alejandra Soto, psicoterapeuta vincular argentina y doula, considera que el consumo de placenta nos proporciona los mismos nutrientes y hormonas que tuvimos durante el embarazo y sirvieron de alimento al bebé. Ella dicta talleres para elaborar la “tintura madre” hecha con placenta que promete prevenir enfermedades y sobrellevar la menopausia.

“La llamo la ‘homeopatía de la placenta’ y puede ser usada por la madre o su familia o quien tenga la voluntad de hacerlo”, agrega. Es importante recordar que la placenta debe provenir de una mamá saludable y “debe haberse mantenido en condiciones de cuidado por tratarse de un órgano expelido por el cuerpo después de haber finalizado su función”.

 (Foto: Kathryn Parker Almanas)

(Foto: Kathryn Parker Almanas)

En el Perú

En nuestro país es difícil obtener la placenta después de dar a luz, ya sea porque la eliminen en los centros de salud o sean sometidas a exámenes para descartar enfermedades que puedan afectar al bebé.

En las regiones altoandinas, se cree que la mujer embarazada lleva dos vidas: la placenta y la del feto. Sin embargo, la placenta también es relacionada con fuerzas malévolas. “Por eso, después del nacimiento, el padre la lleva lejos del centro poblado para enterrarla en un hoyo profundo, de manera que ningún animal o persona pueda dar con ella. Si es perturbada, se levantará y causará el ‘aire del muerto’”, cuenta un informante de la aldea de Pichipampa.

(Foto: 胶花妹妹~hellobobo / Wikimedia Commons)  

(Foto: 胶花妹妹~hellobobo / Wikimedia Commons)

En contra

“Los humanos no somos iguales al resto de mamíferos en aspectos fisiológicos y metabólicos”, dice el dietista y nutricionista español Julio Basulto. El especialista incide en que si la placenta actúa como barrera que impide el paso de sustancias nocivas para el bebé, comérsela no es lo más sensato.

Sobre el tema, la revista “Ecology of food and nutrition” publicó una encuesta realizada a 198 mujeres que comieron placenta. El 24% reportó dolor de cabeza, náuseas o sabor desagradable, mientras que las demás dijeron que les sentó bien. “Como las mujeres placentofágicas lo hacen convencidas de los beneficios, es posible que omitan cualquier efecto adverso”, dice Basulto.

Si tú deseas realizar esta práctica, consulta con tu médico. Hacerlo sin las medidas de sanidad obligatorias, eleva el riesgo de intoxicación.

Con información de María Inés Ching

 

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