Calma Lima. Respira. De pronto parece como si una fiebre de consumo se apoderara de la capital. Y hace falta que nos calmemos. En cuestión de moda, que lleguen H&M y Forever21, dos de los ‘retails’ internacionales con mayores seguidores en el globo no significa que, cegada por la increíble emoción, termines en un círculo sin fin de consumismo. Compro. Compro. Compro. Inhala, retén y exhala. Se puede: enfoque y control.
Es difícil que esa noticia no nos genere histerismo. H&M llegó a Chile generando las mismas expectativas. En marzo del 2013 abrió su primer local en Sudamérica y ahora estará en el Perú; lo que significa que el panorama general de la industria de la moda local está siendo percibido con excelentes ojos por los inversionistas extranjeros. Muestra de ello es que la cadena sueca inaugurará en el 2015 en Lima su tienda más grande en Sudamérica. Wow. Igual pasó con Forever21, la misma dinámica, la misma estrategia: abrió primero en Chile generando conmoción nacional, y ahora lo hará aquí en dos centros comerciales.
Sí, entiendo las expectativas. Esas marcas que compramos como locas por Internet o cada vez que vamos de viaje pensando en que hay que comprar de hecho algo, porque está barato, está de moda, súper de tendencia y en Lima no hay; ahora estarán en la ciudad.
Ajá. Las condiciones del juego acaban de variar. Ahora, ambas estarán a media hora en automóvil, una en bus, o cerca para quienes se encuentren por los alrededores de tres de los principales centros comerciales. Qué felicidad, se podría pensar. Sin necesidad de pasaporte ni visa. Así que piensa con calma antes de caer en la ruina financiera, ¿qué puedes aprovechar de la llegada de marcas como estas?
1. Obviamente sus precios asequibles: Para nadie es un secreto que tiene precios increíbles para la clase de producto fashion que venden. Eso sí: son bajos porque esta clase de marcas venden un producto desechable. Sin ser muy drásticas y dramáticas, tenemos que saber que si vas a gastar 10 dólares en un polo de algodón, a los meses tendrás que comprar otro. Lo mismo con cualquier categoría de prenda: su calidad no es buena y por ende su pronóstico de vida no muy esperanzador.
2. Diseños de tendencia: Si compras marcas low cost, reconozcámoslo con la mano en el pecho, es porque traen la tendencia con el pan y el periódico de cada día. El nivel de rotación de sus productos es increíble y te ofrecen productos clonados directamente de la pasarela. Modelos que parecen haber bajado directo de los desfiles de Prada, Miu Miu, Chanel, Isabel Marant, lo que quieras. ¿Quién no quisiera vestirse con estas marcas a precio de papas fritas?
3. Si vas a gastar, gasta bien: Hay productos indispensables como sí o sí, una chaqueta de piel. Es difícil conseguir una buena, pero ambas marcas siempre tienen. Y son completamente pagables (máximo $100). Otra cosa que siempre debes tener son sombreros: ahí hay geniales y en modelos que en Lima no se encuentran. También tienen buenos básicos y son baratos. Así que aprovecha. Lo demás, tu propio instinto te lo dirá.
4. La competencia moverá las aguas de la producción local sí o sí. Finalmente, las marcas alternativas con el mismo corte que las extranjeras van a tener que preocuparse más de entregar un buen producto. O resignarse a desaparecer. Así que antes de desembolsar la tarjeta y salir corriendo, afilemos nuestro sentido de consumo. Y que los diseñadores locales afilen su creatividad. Que la competencia va a llegar.
Puedes leer la columna de Lorena Salmón y más notas interesantes todos tus domingos con Semana VIÚ!