Tras la controversia generada por el actor Russell Crowe –que salió a declarar que las actrices mayores de 40 deberían buscar papeles para su edad y no interpretar a mujeres más jóvenes– la industria de la moda respondió con un espaldarazo que reivindica a todos los que nacieron antes de 1975, estrellas o simples mortales.
La semana pasada dos firmas de moda importantes lanzaron como imágenes de marca a un par de personajes espectaculares, ambas mujeres: esta vez no se trataba de jóvenes con piel lozana, sin arrugas y con cuerpo de anime japonés. No. Se trataba de dos mujeres que sobrepasan los 70 años: con arrugas, canas, y toda la sabiduría de una vida bien vivida.
Gracias, Celine, marca francesa, porque si no hubiese sido por ese aviso, tan simple pero potente, con ella, tan frágil y poderosa, jamás me hubiese interesado conocer más sobre Joan Didion.
La periodista –nacida en 1934–, y casualmente redactora de «Vogue» en sus inicios, siempre tuvo un estilazo. Las pocas fotos que vi de ella en Internet lo demuestran: un estilo versátil, minimalista, simple, sin mucho accesorio, pero sí el preciso y al natural. El look de Didion no lleva casi nada de maquillaje ni peinados, el pelo suelto, libre, como ella para escribir sobre su vida (tuvo que vivir dos episodios trágicos: la muerte de su esposo y dos año más tarde, la de su hija) y lo ha hecho con un estilo tan peculiar que puedes sentirte identificada de inmediato con sus vivencias.
Celine la eligió como imagen porque es una marca atemporal, que no quiere encasillar su propuesta a números ni edades, que ve el estilo femenino como un sello que no depende del factor cronológico. Algo así como lo que alguna vez sostuvo Ralph Lauren: «No se trata de la edad, sino del gusto y del estilo de vida. Yo creo que una mujer de cualquier edad puede ponerse lo que quiera». Yo también lo creo así aunque muchos piensen lo contrario.
Además de Celine, otra marca francesa ha apostado por el estilo atemporal. Saint Laurent reclutó para su campaña Music Proyect a la dulce Joni Mitchell (1943). Las fotografías la muestran llevando un sombrero de ala ancha y una camisa étnica. Esta cantante fue también un ícono de moda durante los 70 con su estilo bohemio y al natural.
Saint Laurent también ha incluido a Marianne Faithful (1946) y si queremos podemos seguir con más ejemplos, en los que marcas de la industria de moda o belleza han optado por la misma fórmula.
Una década atrás, Lancôme despidió a Isabella Rosellini –que había sido su imagen por varios años–, por pasar la línea de los 40 años. Hace poco, nueve mil clientes de L’Óreal votaron por Helen Mirren (1945) para que sea su imagen en el 2014. Todos vieron en ella la increíble mezcla de inteligencia y glamour que en realidad proyecta.
Enhorabuena entonces por este despertar en la industria que finalmente ha comenzado a entender que la mujer real se harta de ver referencias ficticias o que apelan a un nicho ínfimo y que no necesariamente conectan con nuestras necesidades ni arrugas.