Las preocupaciones siempre están presentes en nuestra vidad, ya sea en el ámbito personal, profesional y hasta social. De hecho, acontecimientos como los desbalances políticos en el Perú suelen generar mucha incertidumbre en la sociedad porque no tenemos claro lo que pueda ocurrir en un futuro.
La psicóloga clínica y psicoterapeuta, Giulianna Romero, explicó a Bienestar del Diario El Comercio que los tiempos han cambiado y es una realidad que hemos perdido la capacidad de esperar y ser pacientes ante cualquier acontecimiento.
La especialista manifestó que en la actualidad estamos acostumbrados a la inmediatez, debido a las redes sociales y otros avances tecnológicos, por lo cual se nos dificulta manejar nuestra mente cuando no sabemos qué es lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
Entonces, al no tener la capacidad de espera, generamos un sentimiento de desesperación y de esa forma aparece la incertidumbre. Agregó que la cultura de las redes sociales no nos ayuda en nada a manejar este tipo de sentimientos, pues solo genera frustración o pensamientos caóticos.
¿Qué podemos hacer ante la incertidumbre?
- La realidad implica espera. Nos han enseñado a que podemos controlar las cosas, pero en realidad es una idea errada. Debemos aprender a diferenciar lo que depende de cada uno y lo que está fuera de nuestro control. Nuestras conductas y nuestras emociones las podemos controlar hasta cierto punto, tenerlo en mente es fundamental para evitar sobrepensar.
- Aceptar que lo mejor o lo peor que puede ocurrir. Al hacerlo soltamos la angustia o la incertidumbre. Muchas veces aceptar las cosas tal y como son está mal visto porque puede intepretarse como el habernos rendido; sin embargo, hacerlo es liberador.
- Quedarnos con la situación o la adversidad tal cual. Si añadimos o quitamos algo de lo que está ocurriendo, lo que estamos haciendo es modificar la realidad. Los sentimientos surgen debido a cómo nocsotros percibimos lo que ocurre, al no modificar la realidad tendríamos una percepcion más ssaludable y racional.
Por último, la especialista recomendó filtrar la información que solemos consumir, por ejemplo, evitar medios no confiables, acudir a fuentes reales, y, sobre todo, reconocer y establecer nuestros límites para que no nos afecte en gran medida.