¿Por qué las municipalidades?
Un día antes de la Audiencia sobre Cambio Climático en Arequipa que organizaron, conjuntamente, El Comercio y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, Gerard, mi amigo francés, me manifestó su asombro sobre la cantidad de municipios que hay en el Perú y señaló que en Francia no hay tantos.
Estamos en plenas elecciones municipales y regionales, una práctica democrática saludable. En realidad, los municipios llegaron con la conquista. Los españoles trajeron todo su acervo cultural. Lo instalaron y lo impusieron en los territorios del antiguo Tahuantinsuyo, porque hasta la reforma de Carlos III, el Virreinato del Perú abarcó toda Sudamérica, con la excepción de los territorios bajo el control de la Corona portuguesa.
Los municipios son una institución creada por los romanos durante el período republicano. En Roma existieron dos formas de gobernar los municipios. Había las llamadas civitas cum suffragio (ciudades con sufragio) y civitas sine suffragio (ciudades sin sufragio). En todo municipio había un territorio, una asamblea general, consejo deliberante, en algunos casos comicios, y magistrados. Posteriormente, surgieron los municipios durante la Edad Media, debido a la formación de ciudades al interior de los feudos. Estos municipios se crearon en este contexto feudal, pero algunos especialistas sostienen que son una herencia de los romanos y de la asamblea germana. Como quiera, ya desde la baja Edad Media encontramos municipios organizados a través de un consejo y una asamblea para elegir a las autoridades y al alcalde, palabra de origen árabe.
Se sabe que los municipios de León y Castilla pasaron por cuatro etapas evolutivas. 1) Su origen, cuando nacen de un consejo, del siglo VIII al X. 2) El llamado período del consejo abierto, que es la reunión de los vecinos, entre el siglo X y XIII. 3) Los consejos representativos elegidos por los vecinos y, finalmente, el debilitamiento de la autonomía municipal por la intervención del poder central al crearse la figura del corregidor encargado de la inspección de los ayuntamientos.
Hubo municipios durante el Renacimiento y han durado hasta nuestra época. Es una institución también muy importante entre los anglosajones. Continuaron en la República y ahora nacen del voto popular. Las autoridades elegidas en el Perú, entre ellas las municipales, lo fueron a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Luego con la dictadura de Leguía esta práctica democrática se perdió hasta que en 1963, el arquitecto Fernando Belaunde convocó a elecciones edilicias. Esta institución tiene una larga historia y ahora existen municipios encargados de administrar los diversos problemas de grandes megalópolis, como Lima, que son un desafío para la vida de todos los citadinos. La política se ha mezclado con la técnica, el urbanismo, la arquitectura, la cultura, la ecología, la seguridad y el ordenamiento del tráfico.
Pero más allá de esta exigencia del mundo moderno, en diversos lugares de nuestra patria, encontramos pequeños distritos con autoridades elegidas a las que se les encarga, como en las grandes ciudades, administrar los problemas de cada uno de estos distritos y gobernar con ética y eficiencia su localidad. Ellas serán elegidas a través de una contienda democrática, vivo reflejo de la voluntad popular vecinal, la que debemos proteger, estimular y promover. A pesar de todos los problemas que se nos presentan, es mejor tener autoridades que nazcan por mandato popular y no de la voluntad omnímoda de un presidente dictador.