¿Desea perder grasa corporal? Cenar más temprano u olvidarse de la cena podría ser la solución.
Restringir nuestras comidas a las primeras horas del día podría ser el secreto para adelgazar. Investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB) en Estados Unidos llevaron a cabo un estudio con el fin de determinar si el horario de comidas de un individuo puede ayudar a perder peso y quemar grasa; los resultados fueron prometedores. Esta prueba es conocida como “alimentación temprana restringida” (ATR). Experimentos iniciales en pacientes han mostrado que esta estrategia alimentaria ayuda en el control diario de la sensación de hambre, y altera los patrones de consumo de grasas y carbohidratos en nuestro cuerpo. Esto último ayudaría a perder peso. Con ATR, el individuo consumiría su última comida a media tarde y no comería nuevamente hasta el desayuno del día siguiente.
La Dra. Courtney Peterson, Profesora Asistente del Departamento de Ciencias de la Nutrición de UAB, dirige este estudio clínico. De acuerdo a sus hallazgos, comer entre 8 a.m. y 2 p.m., seguido de un período de ayunas de 18 horas al día mantiene el nivel de apetito más constante a lo largo del día, a diferencia de comer entre 8 a.m. y 8 p.m., práctica común en la mayoría de personas.
El cuerpo humano posee un reloj interno, y muchos aspectos del metabolismo corporal funcionan en su nivel más óptimo durante las primeras horas del día. En consecuencia, comer en sincronía con nuestro reloj interno restringiendo nuestras comidas a las primeras horas del día, influenciaría positivamente nuestra salud. Estudios en roedores ha demostrado que la ATR reduce la grasa corporal y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas en estos animales. Al parecer esta técnica ha mostrado revertir o prevenir diabetes, resistencia a la insulina, colesterol elevado y obesidad en modelos animales.
Peterson y colaboradores incluyeron 11 mujeres y hombres con sobrepeso en este estudio; y los siguieron durante 4 días restringiendo su alimentación entre 8 a.m. y 2 p.m., y cuatro días en los cuales los alimentaron entre 8 a.m. y 8 p.m. Se consumieron la misma cantidad de calorías en cada comida. El gasto calórico, la cantidad de grasa quemada y el apetito fueron evaluados en estos individuos. Los investigadores del estudio encontraron de que la ATR no afectaba la cantidad de calorías quemadas, pero disminuía los cambios en la sensación de hambre durante el día, e incrementaba la cantidad de grasa quemada durante las varias horas de ayuno al final del día. Adicionalmente, este horario para las comidas mejoró la flexibilidad metabólica, en otras palabras, la capacidad del cuerpo de cambiar de quemar carbohidratos a quemar grasas a lo largo del día. Estos interesantes hallazgos fueron revelados en la Conferencia Anual de la Sociedad de Obesidad en Nueva Orleans, Luisiana en noviembre del 2016.
Estos hallazgos son prometedores, pero plantean la necesidad de un estudio más grande e integral para confirmar los beneficios de la ATR demostrados inicialmente en modelos animales. La posibilidad de utilizar esta estrategia alimentaria para inducir pérdida de peso a largo plazo y mejorar enfermedades crónicas asociadas al sobrepeso es desconocida, pero definitivamente necesaria de explorar.
Fuente: Obesity Society. “Eating dinner early, or skipping it, may be effective in fighting body fat.” ScienceDaily. ScienceDaily, 3 November 2016.
“Si quieres vivir una vida feliz, átala a una meta no a una persona o un objeto”. Albert Einstein.