Sabor amazónico. Buenos 'points' en Iquitos para comerte a la selva sin culpa
¿Probarías suri?
Fue la pregunta que nos formulamos un grupo de viajeros cuando estábamos en el mercado del puerto de Bellavista Nanay, en Iquitos. La capital loretana donde estos animalitos se venden junto al tradicional tacacho, a los juanes y a carnes exóticas de majaz o lagarto. Algunos pronunciamos un no rotundo. Otros sonrieron y se escabulleron con cara de “¿es obligatorio?”.
Por si no lo conoces, el suri es un gusano amazónico que crece en los árboles de aguaje o palmito. Es de contextura gruesa, con la cabeza más oscura que el cuerpo. Hay quienes dicen que al paladar es aceitoso, otros aseguran que es sabroso. Pese a ello, yo prefiero quedarme con la duda.
En este popular mercado, por el que todo viajero pasa para embarcarse a navegar el río Amazonas, el suri se oferta cocido e insertado en un palo de anticucho. Su precio es de S/2 y cuesta lo mismo que un juane o un tacacho. Así que la aventura culinaria no demanda mucha inversión sino gran valentía.
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RUTA GOURMET
Al cruzar el río, un bufete de sabores típicos que incluía cecina, plátano verde y maduro, yuca, juanes envueltos en hojas de bijao y refrescantes bebidas de cocona y camu camu nos esperaba en el lodge donde pasaríamos los próximos tres días.
Tiempo más que suficiente para probar los ravioles con carne de monte, el sorbete de masato (bebida tradicional de yuca) y otras creaciones del chef de Amak 4rent, Jorge Aguilar.
Con solo 23 años, este joven cusqueño desarrolló una propuesta gastronómica que integra la generosa despensa amazónica, con recetas nacionales y técnicas gourmet. ”Al llegar vi tanta diversidad que pensé: estoy en el paraíso, porque aquí hay de todo. (…) Y la suerte que tuve es que me dejan innovar”, confiesa Aguilar.
Con una infinidad de productos locales y la creatividad a rienda suelta, Jorge se animó a reemplazar la carne de res y el cerdo por majaz o peces como el dorado. Así como reinterpretó preparaciones clásicas también ideó platos de autor como “la doncella a la parrilla en salsa de ají charapita con risotto de sachaculantro sobre un peque peque de plátano”, que recomienda sin pensarlo dos veces.
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CHAPUZÓN INCLUIDO
En la ciudad de Iquitos, una parada obligada es en Al Frío y Al Fuego, el restaurante que flota sobre las aguas del río Itaya. Un lugar único que sirve recetas regionales en versión sibarita. El plus es su piscina, que se puede usar con un gasto mínimo de S/60 por persona y claro, los atardeceres que en la selva suelen ser espectaculares.
Opta por un carpaccio de doncella o un ceviche para comenzar. Como plato de fondo, docella a lo macho, parrilla o patarashca. Si el plan es compartir, nada mejor que el piqueo regional con cecina, chorizo y relleno regionales, yuca frita y patacones.
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EL CAFÉ DE LA TARDE
Antes de partir al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a Lima hicimos una pausa en Fitzcarraldo Café, un clásico situado en pleno malecón de Iquitos, frente al río Itaya.
Su nombre nació por la película del cineasta alemán Werner Herzog en la que se narran los viajes del cauchero peruano Carlos Fermín Fitzcarrald. ¿Lo sabías? Tal vez sí. Pero lo que pocos conocen es que el timón que luce al interior es el original del barco a vapor que aparece en el film.
Aquella tarde lo elegimos por ver la puesta de sol en primera fila, que también estuvo de película. Este lugar es famoso por servir los mejores cafés de Iquitos. También nos sorprendió con su carta de jugos con variedades como acaí, camu camu, carambola y muchas otras que nacen en la selva loretana. Si quieres algo para picotear pide el bien servido piqueo regional.
Con este menú no hay viajero que se resista. Si estás por viajar a Iquitos, pruébalos todos y si conoces otros lugares para darse un buen banquete, colócalos en los comentarios al final de esta publicación. Y no olvides seguirme en Instagram y Facebook.