No ganó pero asustó
Otra vez fue interesante la propuesta de Gustavo Costas en el clásico y si no se ganó el partido fue por un error individual de Henry Quinteros. Es sabido que en esta clase de partidos las ocasiones de gol son escasas y es terrible reconocer que fallar un penal, cuando las acciones han sido trabadas en todos los minutos, es fatal.No hay aliancista que haya salido de Matute satisfecho por el resultado. La sensación es lógica porque si hubo un equipo que intentó hacer fútbol y propuso mejores argumentos fue el grone. Ni siquiera seguir arriba en la tabla satisface sabiendo que había una oportunidad inmejorable de ganar el clásico y se regaló dicha situación.
Costas puso desde el inicio a Óscar Vílchez y con ello definió la actitud del partido. Alianza presionó en cancha de la ‘U’ y no dejó pensar a jugadores como Vitti y Piero Alva. Eso desencajó a los cremas y empezaron a cometer errores de imprecisión en los pases, mientras que Alianza siempre tuvo una salida más limpia y tuvo controlado el juego aéreo. La ‘U’ llegó ocasionalmente al arco de Libman solo con jugadas de balón parado, pero casi nunca con una estrategia elaborada (cualquier indicio lo desbarató el medio campo blanquiazul cuando tuvo que recuperar).
Y en la segunda mitad, cuando Bazán ya había entrado en confianza, Costas puso a Quinteros y Carrillo, se apoderó de la pelota y la visita solo se dedicó a protegerse con buen rendimiento de su última línea y, en especial, del golero Fernández.
Y es lógico que el empate sin goles no alcance para decir que me gustó Alianza, pero sí alcanza para afirmar que estuvo un peldaño más arriba que su rival en generación de fútbol y en propuesta. Libman estuvo casi sin trabajo, Prado controló a Alva y quitó muchas pelotas, Fleitas estuvo sólido, Solís justo, Villamarín atento; González en todas, Vílchez entre aciertos y errores, Bazán nervioso al inicio, pero asentado antes de lesionarse, Hurtado errático; Ovelar empeñoso y Wally Sánchez más errático que productivo.
Con franqueza esperaba más de la ‘U’, pero siguen sin hallarse. Creo que Chemo no está cumpliendo con el axioma básico que debería tener todo entrenador: ‘que los que juegan bien no lo hagan mal’. Ver a Vitti tan desprolijo hasta para cobrar un tiro de esquina es una clara muestra.
Sin embargo la nota aprobatoria de Alianza no pudo ser sobresaliente porque en el último cuarto de cancha, donde debía liquidar, tuvo reparos. Cuando ingresó André Carrillo el foco estuvo sobre su cabeza y nunca le dieron un espacio. Así no llegó brillar.
Quisiera meterme también en la cabeza de Henry Quinteros, aquél jugador que anotó en el 2003 el gol más bello de todos los clásicos (tiro de esquina de Aldo Olcese y bolea desde fuera del área en ‘prima’). Intuyo que cometió el peor error de todos: subestimar a su rival. Y no solo eso: confió demasiado en su notable técnica y quiso que su penal quede en el recuerdo. Remató sin potencia, asumiendo que Fernández no buscaría la pelota. Por eso se mereció haber fallado, se lo mereció él, pero no su equipo.
Alianza no ganó, pero asustó y bastante.