Lima necesita un transportista eficaz en la pista
Les compartimos el tercer artículo para el concurso Periodista por un Dia. Esta vez de Mariella Ballón García.
En la actualidad vemos a Lima muy congestionada por todo tipo de vehículos de transporte público, en estos se encuentran conductores que con frecuencia inventan paraderos, cobran a su antojo, no se detienen al ver a un adulto mayor o a una señora con un bebé, (cabe mencionar que sí hay unidades de transporte como el Metropolitano, que dan preferencia a estas personas) o aún peor, se distraen y se quedan dormidos al volante, lo que muchas veces llega a ocasionar la muerte de los pasajeros e incluso de ellos mismos. ¿Por qué el subir a una unidad de transporte, muchas veces suele convertirse en una especie de ruleta funesta donde gana la muerte? ¿Por qué muchos de estos medios, que se supone que deberían transportarnos bien, lo hacen sin tener los más mínimos cuidados y respeto a las normas de tránsito?
Una actitud pasiva, no conduce a nada bueno. Los sufridos pasajeros debemos aportar a la solución. ¿Acaso se debería hacer una purga masiva de malos conductores? Opino que no, porque entonces habría una revuelta por parte de estos y de sus allegados, ya que detrás de cada uno de ellos, existe una familia y un gremio. Entonces ¿No existe solución para este problema? Pienso que, para todo en esta vida la hay, menos para la muerte a la cual ellos muchas veces conducen. Pero, ¿Cuál es esta solución? Indudablemente, formar a las personas que desean ejercer el oficio de choferes haciéndolos conocedores de todo lo que hay que saber acerca de las normas de tránsito existentes, concientizándolos en que esta labor es un servicio, y no una forma rápida de llenar sus bolsillos.
‘Instruye al niño en su camino y aunque fuere viejo no se apartará de él’ dice este conocido refrán, y qué gran verdad esconde, ya que lo que se inculca en los niños, tendrá una mayor trascendencia, no sólo a nivel cognitivo, sino también formativo y emocional. En una persona mayor en cambio, es difícil lograr esto en su totalidad, pues la persona, ya adulta, hará lo que se le enseñó cuando aún era niño. A estos futuros choferes se les debe formar primero, para después darles una responsabilidad de esta naturaleza, no se les debe otorgar primero la licencia de poder conducir estos vehículos y luego la ‘formación’ para poder hacerlo, como observo que hoy en día se pretende con cursos virtuales de capacitación, en donde los conductores con papeletas pendientes de alguna infracción cometida solo por inscribirse, van borrando su pena (sanción económica) paulatinamente.
Hoy en día vemos, jóvenes cumpliendo el rol de cobradores, o el de choferes, pues están ‘aprendiendo a manejar’ y de esta manera, creen que lo lograrán. ¿Cómo es posible que muchachos de escasa edad, carguen en sus hombros la inmensa responsabilidad de transportar pasajeros? ¿Cuántas familias se enlutan, día a día por la inconsciencia e inmadurez de estos conductores? Pues no se puede afirmar, que alguien cuyos documentos confirman su mayoría de edad, esté mentalmente maduro y emocionalmente estable como para ejercer este oficio. Entonces la edad mínima para un pensamiento emocionalmente maduro que permita manejar adecuadamente, podría ser 35 años. Tal vez con esta edad no se verían las disputas entre los conductores frente al volante por ‘Quién llega primero’ o ‘Quién corre más’ sin reflexionar que están transportando padres y madres de familia, o pequeños que no solo representamos el futuro, sino que somos un presente que recibe atropellos de distintos tipos y desde luego que el más fatal es el que nos causa la muerte.
Propongo esta edad para los choferes encargados de transportar al público masivamente. Este sería un gran cambio en beneficio del público. Pero la ley en estos casos, debería estipularlo y solicitar que estas personas, tengan 10 años como mínimo (comprobados), manejando algún otro tipo de vehículo, para recién otorgarles la licencia para conducir medios, donde se transportan día a día, cantidad de personas que no deben descompletar a sus familias, debido a la irresponsabilidad de los malos choferes.
Otro punto importante es la antigüedad de estos vehículos, en el año 2012, se comprobó que existen aproximadamente 10,800 vehículos con más de 20 años de antigüedad que están en funcionamiento. Primero se habló de erradicar a los vehículos de hasta 15 años de antigüedad. Ahora ha incrementado a 30 años”. Pero, ¿El duplicar el tiempo trae beneficios a nuestra seguridad? O es que se busca satisfacer otros aspectos que los adolescentes no comprendemos a cabalidad, mas sí recibimos los problemas que originan estas unidades.
Sabemos que la vida nos guarda en secreto, el día en que vamos a abandonar este cuerpo físico, pero el subir a una unidad de transporte público se ha convertido en un juego de ruleta, porque o llegas a tu destino, o simplemente llegas ‘al más allá’. Ni siquiera cuando la naturaleza lo determine así, sino cuando al ponerte en manos de un inepto transportista que tuvo quizá un disgusto familiar, o que sube al volante después de una noche de juerga, con las emociones alteradas, te va llevando por pistas y carreteras de competencia, a vivir la última carrera de tu vida.
Nombres: Mariella Andrea.
Apellidos: Ballón García.
Edad: 13 años.
Año que cursa: 3° de Eduación Secundaria.
Colegio: I.E PNP Cap. Jorge Cieza Lachos.