Ni es cielo ni es azul: vacuna cubana contra el cáncer del pulmón
Foto: INEN
ni es cielo ni es azul.
¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!
Lupercio o Bartolomé Leonardo de Argensola (1562-1631)
Mucho ruido se ha hecho en las últimas 24 horas acerca de una supuesta “vacuna” contra el cáncer del pulmón fabricada por el Centro de Inmunología Molecular (CIM) del Gobierno cubano, grupo científico de vanguardia en la isla.
Que el concepto de su desarrollo y sus aplicaciones en el futuro son correctas nadie lo discute, pero que sea algo realmente maravilloso y que sea la esperanza actual de curación de los pacientes con cáncer avanzado del pulmón es, por lo menos, algo muy discutible.Debemos aclarar que la susodicha sustancia Cima-Vax GEF, no es una vacuna en el sentido estricto de la palabra, sino un medicamento muy moderno del grupo de los anticuerpos monoclonales, es decir sustancias que son “teledirigidas” a ciertas partes de las células cancerosas, respetando al resto de tejidos del cuerpo.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (el cual es un concepto aceptado por la ciencia) se define como vacuna al “virus o principio orgánico que convenientemente preparado se inocula a una persona o a un animal para preservarlos de una enfermedad determinada”, y el Cima-Vax no preserva o previene del cáncer del pulmón, sino es mas bien un medicamento que está diseñado para usarse cuando el cáncer del pulmón esta ya avanzado e incurable, agregando unos 4 o 6 meses de vida al paciente con enfermedad terminal.
Después de haber sido inicialmente probado en Cuba, Canadá e Inglaterra, este medicamento será también probado en otros países para comprobar su eficacia. La distribución, mercadeo y pruebas del medicamento sería dirigida por la farmacéutica canadiense YM Biosciences, la cual ya está probando en EE.UU. otro medicamento del CIM llamado Nimotuzumab.
Los cables internacionales informan que Perú empezará a probar esta medicina, acción que suponemos será coordinada por el grupo ESKE, una compañía fundada en el Perú en 1988, e involucrada entre otras cosas en el desarrollo de vacunas, y que curiosamente, a pesar de ser una compañía nacional, tiene su página web escrita solo en inglés y no lista a los miembros de su junta directiva.
Si bien es cierto es muy importante agregar tiempo y calidad de vida al paciente con cáncer, expresar simplemente que este producto agrega 30 a 40 por ciento de sobrevida al paciente en la fase final de su enfermedad, puede despertar falsas expectativas. De acuerdo a la directora clínica del equipo de producción del CIM Gisela González, ese 40 por ciento de sobrevida solo se traduce en una ganancia “de entre cuatro y seis meses” al año de vida de un paciente con cáncer de pulmón terminal.
Por otro lado, me causa sorpresa leer que por no estar esta “vacuna” disponible en el mundo, se espera que los pacientes con cáncer de pulmón terminal viajen a Cuba, buscando la “medicina maravillosa”. Nos preguntamos cuánta gente desesperada tratará de vender todo lo que tiene para viajar a Cuba en busca del milagro, que solo le dará 4 o 6 meses más de vida a su paciente.
En resumen, este medicamento y la investigación alrededor de él, es válida y muy esperanzadora, y esperamos que brinde importantes frutos en el futuro, pero me parece que la noticia está inflada por razones de propaganda y mercadeo (tratamientos de este tipo cuestan entre 30,000 y 150,000 dólares al año en EE.UU.).
Por último, recordemos que el 85 por ciento de los casos de cáncer de pulmón pueden prevenirse si controlamos el consumo del tabaco en nuestros países.