Cómo destruir su carrera en pocos pasos
Estas son algunas de las cosas que jamás deberíamos hacer si nos interesa cuidar nuestra carrera y nuestra marca personal.
Cuéntale a tu jefe, tus clientes y compañeros de trabajo todo lo que realmente piensas de ellos, sobre todo cuando estés molesto u ofendido por algo. Elimina todo filtro entre lo que sientes y lo que dices, aunque tus palabras suenen ofensivas. No te preocupes de las formas, de la cortesía y menos de las buenas relaciones personales con todos, que eso de la inteligencia emocional ya se pasó de moda. Tampoco te preocupes de mantener tu red de confianza vigente, ya que eso es para personas que no tienen nada mejor que hacer. Total, igual nadie te va a regalar un puesto cuando lo necesites.
Miente sobre cualquier cosa, grande, chica, importante o casual. Olvida que todo puede ser verificado en un instante en Internet y que la fama de mentiroso o informal no se quita jamás. Total, la gente es mayormente tonta y nunca se da cuenta de las mentiras que les cuentas. Si puedes además coimear para conseguirlo que quieres más rápido, hazlo, total todos lo hacen, ¿cierto? Y eso de respetar la palabra empeñada es de otra época, lo mismo que cuidar tu credibilidad y tu buena reputación. ¡Que de eso se preocupen los aburridos!
Quédate con el crédito de los éxitos del equipo para ti mismo, y mejor aún, no le des nunca ningún reconocimiento a nadie por sus contribuciones o ideas. No trates de desarrollar a tu gente, ya que luego podrían quedarse con tus méritos o, peor aún, con tu trabajo. Defiende tu territorio y guarda toda información relevante para ti mismo: esa puede ser tu única fuente de poder o influencia. No compartas lo que sabes con nadie, y especialmente no lo hagas con tu jefe, quien es tu principal competidor. Y ni se te ocurra pensar en ayudarlo a conseguir sus objetivos y metas o facilitarle la vida. ¿Acaso hace él algo por ti?
Si ya te sientes relativamente exitoso en lo tuyo, deja de preocuparte por desarrollarte, aprender cosas nuevas, leer, asistir a cursos o encontrar mejores maneras de hacer las cosas. Eso de mantenerse vigente o competitivo es para chancones. Desconfía de cualquier idea nueva que trate de cambiar la manera como “siempre hacemos aquí las cosas”. Y sobre todo preocúpate de que todos sepan que eres mejor que ellos, que sabes más que nadie y que no te llegan ni a la punta del pie. Es mejor ser arrogante a que te vean como humilde o modesto. El poder es delicioso y todos deben saber que tú lo tienes.
Olvídate de los indicadores de éxito de la posición o de todo eso relacionado con agregar valor o hacer las cosas bien. Total, te pagan por sentarte en tu cubículo y no por incomodarte haciendo esas cosas que dicen que generan valor o contribuyen al resultado. Agárrate fuerte a tu silla y que nadie te mueva de tu puesto. La idea es sobrevivir a cada jefe y a cada cambio en la organización sin que tu manera de hacer las cosas cambie para nada.
Trae tus problemas personales a la oficina y ventila allí todo lo que te pasa en casa, quizá a alguien le de pena tu vida. Y usa tu Facebook para que tus amigos sepan todo lo que pasa en tu oficina, lo que opinas de tus colaboradores y especialmente de tu jefe. ¡Esos chismes le encantan a tus 1.000 amigos! Conceptos como ética, lealtad y confidencialidad son totalmente del pasado y como la vida da vueltas igual seguro nadie se enterará jamás de tus metidas de pata ni de tu inmadurez.
Ya sabe, estas son las cosas que debe hacer solamente si quiere destruir su carrera.
*RECETA: Olvídate de los indicadores de éxito de la posición o de todo eso relacionado con agregar valor o hacer las cosas bien. Estas son las cosas que debe hacer solamente si quiere destruir su carrera.