¿Cómo elegimos líderes decentes?
Soy peruana de nacimiento y de nacionalidad, igual que los fueron mis padres y mis abuelos y como los son mis hijos. Vivo en el Perú y quiero seguir viviendo aquí por muchos años más. No estoy en el mundo de la política ni jamás lo estaré, pero hoy siento, al igual que muchos, esta urgencia por tener un proceso serio -o algo que funcione- que nos permita evaluar, seleccionar y elegir líderes decentes para conducir nuestro país. No tienen que ser perfectos ni extraordinarios, solo decentes. Y por lo menos, medianamente calificados para la posición.
¿Cómo defino a un líder decente? Como alguien que no miente, que no engaña, que no falsea información. Que no tiene cosas oscuras en su pasado ni que vive atacando a otros para defender lo indefendible. Que es honesto, correcto y transparente. Y claro, que no roba (ni ha robado) y que jamás ha sido corrupto.
Un líder decente es una persona correcta e íntegra, que se comporta bien en todas las esferas de su vida, empezando con su vida familiar y personal. No tiene comportamientos contradictorios, vidas dobles o triples ni secretos oscuros que proteger. Es maduro, emocionalmente estable y no se derrumba ni esconde en situaciones de alta tensión.
Los líderes decentes no aspiran al poder por ego o por puro afán de lucro.
Idealmente, aman al país más que a su bolsillo personal y su pasión es lograr que el país prospere y desarrolle. Se preparan para gobernar un país tan complejo y dispar como el nuestro.
Y puedo seguir: son líderes con una visión clara de qué hacer y cómo hacerlo para crecer y progresar. Y saben comunicarla asertivamente, comprometiéndonos con los sacrificios que pudieran ser necesarios para cumplirla.
Y por último y no menos importante, con inteligencia y criterio para estimular la creación de riqueza (legal) y la inversión real para desarrollar y reducir la pobreza. Ideal con experiencia liderando proyectos u organizaciones complejas y armando equipos con otros profesionales igualmente honestos, decentes y capaces.
Creo que hasta aquí he descrito el perfil de cualquier buen profesional buscado por organizaciones serias para cargos de liderazgo. ¿Pero por qué es tan difícil demandar un perfil así para los líderes del país? ¿Por qué el Perú pone la valla tan baja para quienes serán sus líderes? ¿Por qué caemos en banalidades que no ayudan a identificar y separar la paja del trigo? ¿Por qué nos conformamos?
Los peruanos merecemos líderes que nos respeten, que vivan con integridad sus valores y que trabajen con profesionalismo por el país. Nos toca exigir mucho más del perfil de los candidatos y de la mecánica para evaluarlos con rigor y seriedad. Si se ha logrado hacer esto en otros países, ¿por qué no hacerlo ya en el nuestro?
Demandemos entonces que participen en muchos debates públicos bien estructurados y conducidos con formalidad, y también en paneles donde respondan directamente a preguntas sobre sus pasados, sus carreras y sobre sus ideas, planes y propuestas. Que se sometan a pruebas y exámenes y que se publiquen los resultados en forma transparente. Que los entrevisten públicamente a profundidad. Que personalmente respondan cuestionarios por escrito que todos podamos leer para saber realmente quiénes son y qué quieren y pueden realmente hacer por el país.
Es muy costoso seguir errando. Nos toca poder elegir líderes decentes para el Perú.
*EVALUACIÓN
Nos toca exigir mucho más del perfil de los candidatos y de la mecánica para evaluarlos con rigor y seriedad.
*CONFORMISMO
¿Por qué el Perú pone la valla tan baja para quienes serán sus líderes?