Los líderes que me inspiran
Las organizaciones siempre quieren contratar líderes. Como coach de gerentes, me toca abordar el tema de liderazgo con quienes quieren alcanzar mejores posiciones de dirección o recolocarse en una. He aprendido que solo puedo hablar de mi propia experiencia liderando organizaciones de distintos tipos, aunque siempre trato de aprender de líderes a los que admiro y leo.
¿Qué he visto que funciona bien? Saber cuál es el “botón mágico” de cada miembro del equipo –o directorio– y darles una misión que los inspire, un legado que deje huella, algo que los convoque de verdad. ¿Mi fórmula? Convoco gente mejor que yo y me ocupo de que estén felices, comprometidos y motivados. Y si ellos están felices, yo lo estoy más. ¿Mi definición de liderar? Hacerse cargo.
He tenido el privilegio de conocer o trabajar con los líderes de más de 900 empresas clientes en 23 años y he conocido a muchos que respeto y admiro. ¿Qué he aprendido sobre ellos? Que los líderes tienen claro a dónde quieren llegar, cómo quieren hacerlo y para cuándo, aunque esto genere mucha presión en los demás.
Los he visto seguros de sí mismos, pero modestos. Jamás arrogantes; al arrogante nadie lo respeta ni admira. Toman decisiones audaces y asumen riesgos, pero jamás culpan a nadie de sus errores. Asumen su responsabilidad, aprenden y siguen.
Soy testigo de que se interesan genuinamente por su gente. Y comprenden lo que Jack Welch resume sabiamente: “Liderazgo no es sobre ti, es sobre ellos. Tu éxito como líder no es sino el reflejo de la gloria de tu equipo”.
Los líderes que admiro saben escuchar, aunque toman sus propias decisiones, a veces dando la contra a todos. Siguen su instinto, muy desarrollado porque confían en él desde siempre. Son auténticos, predican con el ejemplo y son consistentes con sus valores, por eso inspiran confianza.
Son buenos motivando, pero nunca están satisfechos. Siempre piden, esperan y demandan más, sobre todo de los mejores. No caen en paternalismos que subvencionan a los demás impidiéndoles crecer. Se preocupan de desarrollar nuevos líderes.
Los líderes que me inspiran hacen conexiones inesperadas, tienen ideas poco convencionales y se atreven a expresarlas aunque nadie las comprenda inicialmente. Saben que el futuro hay que empezar por imaginarlo. Aprenden, se informan, leen. Se buscan entre pares y forman redes. Desafían con gusto el status quo.
Ellos protegen a su gente del peligro, pero los exponen a la realidad tal cual es. No los inhiben de la verdad aunque esta sea difícil de aceptar.
Los líderes que admiro tienen mucha energía y eso inspira. Son perseverantes y luchan por su visión, hasta con terquedad. Llegan tan lejos como se lo proponen, pero son lúcidos en comprender que lo más difícil es liderarse a ellos mismos. Por eso son disciplinados, correctos y sencillos. Son grandes ejemplos. ¡El Perú necesita muchos más líderes así!