Chota, joya de la corona de la tauromaquia en Cajamarca
Doce mil espectadores llenan cada tarde la plaza El Vizcaíno de Chota. Familias enteras llegan al coso, ilusionadas por disfrutar de su espectáculo preferido. Ni el fútbol atrae tanto público en el Perú.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Chota ha sido durante años punta de lanza de la actividad taurina en Cajamarca, región en la que se celebran más de 100 festejos taurinos cada año.
La afición en todo el departamento de Cajamarca es innegable. No hay ciudad o pequeña localidad que no cuente con plaza de toros. El coso será grande o pequeño −dependerá de la capacidad económica de cada pueblo−, pero lo que no admite discusión es que la tauromaquia es un elemento consustancial con la vida de los cajamarquinos.
La plaza ‘El Vizcaíno’ de Chota –llamada así en honor a Juan Fernández Lorenzo, torero español que se afincó allí a comienzos del siglo XX− tiene capacidad para más de 12 mil espectadores y se llena hasta la bandera cada tarde de corrida.
Es notable la ilusión con la que los chotanos se preparan para la festividad de San Juan Bautista y lo importante que es para ellos el cartel de toros y toreros para la feria. La ciudad se llena de carteles taurinos. No hay restaurante o tienda de Chota y sus alrededores que no tenga un cartel en lugar preeminente.
Desde hace ya varios años, la mayor parte de los toreros que actúan en Chota son españoles y los toros, son tanto nacionales, como colombianos. ¿El motivo? Procurar el éxito artístico de la feria taurina. Es tan importante la tauromaquia en Cajamarca, que son los alcaldes los más preocupados porque los aficionados salgan de la plaza satisfechos. De lo contrario, habría intranquilidad e insatisfacción generalizada, que luego las autoridades deberían canalizar y calmar.
EL CARTEL DE ESTE AÑO
Estuvo conformado por los toreros españoles Luis Miguel Encabo, Javier Castaño, Antonio Nazaré y Borja Jiménez; el rejoneador colombiano Andrés Chica y el matador peruano Juan Carlos Cubas. Se lidiaron toros nacionales de San Pedro y Salamanca y astados colombianos de Juan Bernardo Caicedo y San Esteban de Ovejas. Sobre el papel, lo descrito evidencia la considerable inversión que representa organizar la feria chotana.
SI NO HAY TORO….
Pocos fueron los toros colombianos que dieron buen juego en Chota. Probablemente, porque se importaron tarde y ya se sabe que los viajes prolongados desgastan a los toros. Pero lo peor no fue aquello; lo grave fue lo que sucedió en el desaduanaje del ganado. Los toros viajan en estrechos cajones en los que no tienen libertad de movimiento y por ello, proporcionan la seguridad que el transporte del ganado de lidia requiere. Desde que se embarcaron en dichos cajones en Colombia, hasta que llegaron a Lima transcurrieron unas 48 horas. Era vital desaduanarlos y transportarlos cuanto antes a los corrales de la plaza, sobre todo considerando que el viaje del camión con los toros, de Lima a Chota, es de casi 24 horas. Más aún, deberían haberse importado –al menos− quince o veinte días antes de la feria.
Sin embargo, los astados arribaron el martes 16 a las 9:00 am al aeropuerto de Lima, pero ¡recién a las 5:00 pm los tramitadores contratados por los organizadores de la feria presentaron los expedientes a Senasa, para la conformidad sanitaria, y a Sunat para el desaduanaje! Una negligencia imperdonable. Pero eso no fue todo; el sainete continuó. Los expedientes no estaban completos y aquel día 16, por la noche, además, los tramitadores no tenían los fondos para pagarle a Sunat. El miércoles 17 regularizaron los expedientes y cancelaron a Sunat, pero al embarcarlos, pusieron en un mismo camión toros para Chota y para Cutervo, lo cual contravenía lo que figuraba en la guía de transporte. Senasa exigió que aquello se regularizara y por todo lo anterior, los toros recién iniciaron viaje rumbo a Chota y Cutervo el jueves 18 por la mañana, llegando el viernes 19 a Cajamarca. ¡Casi cinco días después de haber sido embarcados en Colombia! Con toros así de estresados y desgastados físicamente por semejante lío −que los mantuvo cinco días en los cajones− al ser lidiados tan solo seis días después de llegar a Chota, no es posible exigirles un juego adecuado y menos aún, la presencia y trapío que Chota merece.
Sin toros que den buen juego, el esfuerzo y la inversión en toreros y organización se pierde irremediablemente, decepcionando al público de Chota y echando por tierra la ilusión de una ciudad que se prepara todo el año para disfrutar de su feria taurina. Sin toros bravos, íntegros, pujantes e incansables en sus embestidas, que pongan en riesgo a los toreros, no hay tauromaquia posible; esa es la ética de la fiesta brava.
FERIA DE CHOTA: BALANCE DE UNA MANIFESTACIÓN CULTURAL POPULAR
Luis Miguel Encabo es torero con clase y admirable ortodoxia; vestido con pulcritud y tradición: lila y oro con pedrería morada y corbatín del mismo color. “Hay que ser torero hasta en cómo se viste uno” nos dijo y es cierto. Con ganas de agradar y deseos de torear para él, sin concesiones a la galería, ligó tres series de magníficos derechazos a su complicado segundo toro el viernes 26.
Javier Castaño, bien y solvente, pero no alcanzó el mismo nivel con la espada, perdiendo merecidas orejas.
El peruano Juan Carlos Cubas estuvo bien, pero se le nota preocupado y por momentos, meditabundo; debe hacer un esfuerzo continuado para demostrar con triunfos rotundos porqué deben anunciarlo en Acho este año.
El peruano Alfonso de Lima quedó inédito al torear en medio de un vendaval.
A Antonio Nazaré, torero sevillano que pudiendo hacerlo, nunca ha dado el paso decisivo para ser figura, se le vio inseguro con un serio toro colombiano de capa castaña que tenía mucho por torear y por arriesgar; luego estuvo desahogado, aunque superficial, con uno anovillado.
A Borja Jiménez le tocaron tres avisos la primera tarde, echándole el toro al corral en medio de una bronca monumental; luego, con un toreo pueblerino y basto, cortó inmerecidas orejas la segunda tarde.
El rejoneador Andrés Chica tuvo serios problemas para poder matar desde el caballo.
Los toros de Salamanca y San Pedro, después del primer puyacito, se desinflaban y no daban para más. Los colombianos de San Esteban de Ovejas parecían remarcados y era imposible verles el hierro y con dificultades, identificar el número; ¿Senasa no se percató de ello? Lo de Juan Bernardo Caicedo dio juego desigual.
Los trofeos al triunfador de la feria y a la mejor ganadería quedaron desiertos; muestra del resultado artístico de la feria. Chota merece una mucho mejor organización el año que viene; su afición debe exigirlo.
NOTICIAS DEL MUNDO TAURINO
COLOFÓN
La presidencia en la Feria de Chota
Otro grave error de los chotanos fue nombrar como presidente de plaza a un cuestionado personaje, César Gallo Gelsi, que cuando fue presidente en Acho, lo hizo pésimo, para luego involucrarse en un escándalo en Chalhuanca. Por aquello, fue expulsado de la Peña Tendido 10, quienes lo narran en http://goo.gl/Hg8T0B. Ser presidente no es cargo decorativo; es quien debe dirigir el espectáculo; mucho de lo malo en Chota este año se debió a esa deficiente presidencia.
LA FERIA (I)
Aún Citotusa no anuncia carteles
Senasa aún no recibe del Ministerio de Agricultura de España la aceptación del protocolo de pruebas que ha propuesto para los astados a ser importados para la Feria del Señor de los Milagros. Pruebas y análisis que ojalá no estresen excesivamente a los toros, al estar obligados por Senasa a sucesivos análisis, previos a la importación. El toro de lidia, por su bravura, es de difícil manejo y meterlo repetidamente en una manga para sacarle sangre, lo estresa, pudiendo luego afectar su juego en el ruedo.
LA FERIA (II)
Sin toros no puede aún haber carteles
Mientras el protocolo no se apruebe y luego Senasa emita la correspondiente Resolución, Citotusa no tiene seguros los toros y sin saber qué se lidiará, no le será posible contratar aún toreros. Pero el tiempo juega en contra de la feria. ¿Por qué Citotusa inició los trámites ante Senasa recién a fines de noviembre de 2014, en vez de hacerlo desde agosto o setiembre? Si lo hubiera hecho oportunamente, ya la autorización hubiera estado lista desde marzo o abril de este año.
ALREDEDORES DE ACHO, ABANDONADOS
En febrero de 2014 _¡hace año y medio!_ Enrique Peramás, alcalde del Rímac dijo que iba a peatonalizar Jirón Hualgayoc, frente a la puerta de Sombra. En abril de 2014, publicamos imágenes de dicha supuesta renovación urbana. Palabras que el viento se llevó. Peramás mantiene abandonado Acho y sus alrededores, a pesar que en solo siete meses, el coso cumplirá 250 años.