‘Ilusión’ en las Bodas de Plata taurinas de Flavio Carrillo
El sábado 20, en la Hacienda Mamacona, Pachacamac, al sur de Lima, el español José Franco Cadena, el mexicano Antonio Urrutia y el torero y ganadero peruano Aníbal Vásquez compartieron una taurina e ilusionante tarde con Flavio Carrillo que celebró los 25 años de su alternativa.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
El sábado, en la placita de toros de la Hacienda Mamacona, en Pachacamac, se celebró un interesantísimo festival. Flavio Carrillo, matador peruano, ya retirado y último intérprete de la Suerte Nacional, capeando a caballo, lo organizó para celebrar las Bodas de Plata de su alternativa.
Flavio tomó la alternativa en julio de 1991, en la plaza La Taurina, en Zárate, San Juan de Lurigancho, de manos de Frascuelo y con Franco Cadena como testigo. El Soro se la confirmó en Acho, el 1 de diciembre de aquel mismo año, con toros colombianos de Capiro de Sonsón; esa tarde fue la de la memorable presentación de un jovencísimo Enrique Ponce en Lima quien, inesperadamente, realizó una notabilísima y redonda faena –el primero de los grandes trasteos del valenciano en Lima−, que iluminó una gris Feria del Señor de los Milagros.
Flavio Carrillo invitó para torear el festival a los diestros con los que más veces actuó a lo largo de su carrera; el español José Franco Cadena, quien, por aquellos años, en un festival pre ferial, impresionó por su valor y firmeza y −cosa inusual− se ganó a último momento, un puesto en la Feria del Señor de los Milagros; el mexicano Antonio Urrutia, que durante muchas temporadas recorrió las plazas del Perú y el peruano Aníbal Vásquez, que junto con su padre, lleva hoy los hierros de Paiján, La Viña y El Olivar.
Los cuatro se terminaron de preparar el viernes en Camponuevo, ganadería de Rafael Puga, en un tentadero, en el que cada quien interpretó el toreo con su propia personalidad. Carrillo, muy puesto y en forma como para celebrar sus Bodas de Plata; Franco Cadena, con un toreo muy sevillano; Urrutia, con su tauromaquia mexicana y Aníbal Vásquez, que le impuso a la última vaca de la tienta, su peculiar sello personal, toreándola con maestría y un regusto notable.
EL FESTIVAL
El festejo se realizó a beneficio de la Asociación de Niños con Síndrome de Down. Tras un airoso despeje con caballos de paso, se lidiaron cuatro novillos que junto con la madurez taurina de los actuantes, posibilitaron el éxito del festival.
El primero, de Paiján, tuvo complicaciones; escarbaba y le costaba acudir a los cites, pero finalmente se entregó en la muleta de José Franco Cadena, quien, con madurez y buen gusto, logró embarcarlo en buenas series por el lado derecho. A la hora de matar, la cosa se complicó y tras varios pinchazos, Franco Cadena sufrió un par de volteretas que lo lesionaron. Dio la vuelta al ruedo.
El segundo, de Camponuevo, tenía picante y emoción; por momentos puso en apuros a Urrutia, pero con su toreo mexicano y alegrando con la voz al astado, logró extraerle buenas series. Tras pinchar, dejó una estocada y cortó dos orejas.
Flavio Carrillo lidió otro exigente novillo de Camponuevo y para estar a gusto, tuvo que esforzarse y ponerle valor. Le encontró el sitio y lo toreó bien por ambos lados. Tras pinchazo y estocada, cortó también dos orejas.
El poso de los toreros maduros, ya retirados, se ve en su forma de caminar frente al astado, de moverse por la plaza y en cómo resuelven los problemas en la cara del toro. Pueden no ser faenas estéticamente redondas –tampoco hay que exigirlas en festivales como el del sábado−, pero sus trasteos quedan en la retina y en la memoria por la sapiencia que solo dan los años. Es la prueba de que el toreo es ejercicio mental, antes que físico. ¿Agilidad? ¿Para qué, si el torero no debe moverse? Para torear quieto, valor y cerebro.
Sin embargo, la de Aníbal Vázquez a un bravo novillo de capa melocotón de La Viña, de la línea de ‘Ilusión’ de Juan Pedro Domecq, fue una faena redonda. El Viña metió la cara, fue de largo, humilló y se fijó pronto en el capote, que Aníbal manejó con arte, cuajando magníficas verónicas. Recargó en el caballo y se durmió en el peto, mostrando su bravura. La faena de muleta, de temple exquisito, fue extensa; extensísima, más bien, pero su intensidad no decayó ni un instante. Los derechazos fueron largos y templados; los naturales, con la muleta lacia, embebiendo la embestida con solo llamarlo con los vuelos de la muleta. Al final de la larga faena, Vásquez le daba ligeros toques −vibrando la muleta− antes de cada natural, que en un novillo con esa clase y raza, quizá eran innecesarios. El indulto cayó por su propio peso, cerrando con broche de oro las Bodas de Plata de Flavio Carrillo.
LA FERIA Y EL NOVILLO MELOCOTÓN INDULTADO EL SÁBADO EN MAMACONA
Los hermanos mayores del novillo indultado podrían haber sido lidiados como toros, en Acho, en la próxima Feria del Señor de los Milagros.
El primer novillo del festival del sábado en Mamacona, fue de Paiján, de Aníbal Vásquez; segundo y tercero, de Camponuevo, de Rafael Puga y cerró plaza un sensacional novillo de capa melocotón, de La Viña, también de Aníbal Vásquez, que fue indultado; el novillo melocotón proviene de un semental que suele dar muy buenos toros y que a su vez, procede del toro ‘Gracioso’, número 120, igualmente melocotón, hijo de un semental mítico de Juan Pedro Domecq, llamado ‘Ilusión’, número 40, que tuvo el mismo pelaje melocotón y la vaca ‘Graciosa’.
‘Gracioso’ fue adquirido en 1995 a Juan Pedro Domecq por Martín Arranz y Jerónimo Pimentel, torero y ganadero español, afincado en Colombia. El fecundo ramalazo genético de ‘Ilusión’ se ha mezclado en la ganadería de los Vásquez, que importaron simiente de Pimentel, desde Colombia, con el tronco de los magníficos viñas, que en la década de 1990 se indultaban prácticamente solos, los torease quien los torease. Aquel tronco de bravura de La Viña, creado por Víctor Montero y mantenido luego por Roberto Bell, fue adquirido por Rafael Puga y Aníbal Vásquez padre, renovando y enrazando Camponuevo y Paiján.
OPCIÓN TRUNCA
En marzo de este año, Citotusa, la empresa ecuatoriana de los hermanos Juan Fernando y Pablo Salazar, que hoy regenta Acho, envió a su veedor, Manolo Estrada, al Perú. Estrada, a nombre de Citotusa, separó, negoció y confirmó toros y novillos para la Feria del Señor de los Milagros, en Santa Rosa −de Alfredo Galdós−, en La Centinela −de Hernán Velarde y Gabriel Tizón− y en Paiján, donde reservó una corrida con varios hermanos del novillo indultado el sábado. Aquella supuesta compra quedó en la práctica anulada, pues Citotusa, tras dicha reserva y confirmación a través de Estrada, hizo mutis y desapareció de la escena, sin adquirir lo reservado. Hubiera sido interesante ver esos toros de la línea de ‘Ilusión’ en Acho este año. Ojalá, tras la feria, no nos lamentemos de no haberlos visto.
VIDEOS DEL FESTIVAL
VIDEO DE LA FAENA DE JOSÉ FRANCO CADENA AL PRIMER NOVILLO, DE PAIJÁN
https://youtu.be/ZKv3VFkQYgg
VIDEO DE LA FAENA DE ANTONIO URRUTIA AL SEGUNDO NOVILLO, DE CAMPONUEVO
https://youtu.be/iv1EPikTW4g
VIDEO DE LA FAENA DE FLAVIO CARRILLO AL TERCER NOVILLO, DE CAMPONUEVO
https://youtu.be/dIo49cu2i14
VIDEO DE LA FAENA DE ANÍBAL VÁSQUEZ AL CUARTO NOVILLO, INDULTADO, DE LA VIÑA
https://youtu.be/K-ceg8n-CoI
CONTINÚAN LAS EXITOSAS ACTUACIONES DE LOS DOS NOVILLEROS PERUANOS
ANDRÉS ROCA REY EN MÉXICO
El sábado, Andrés Roca Rey se presentó en Morelia, México, mano a mano con el azteca Antonio Mendoza. Se lidiaron cinco novillos de Puerta Grande y uno de Santa Rosa. El único realmente bravo del festejo fue el segundo, al que Roca Rey le hizo una vibrante faena, en la que destacaron los naturales; asustó con su valentía a los mexicanos y cortó una oreja. Cortó otra al sexto y salió en hombros. Mendoza solo pudo cortar una oreja.
JOAQUÍN GALDÓS EN ÁVILA
El mismo día, Joaquín Galdós lidió serios novillos de El Sierro, en Ávila, alternando con Francisco José Espada y Ricardo Maldonado. Joaquín toreó con su característica clase y valor, pero solo cortó solo una oreja; perdió la de su primer novillo y poder salir en hombros, por fallar con los aceros. Espada cortó dos orejas y Maldonado, también obtuvo un trofeo.