Segunda corrida de Abono en Acho: El ganado no aportó la esperada emoción
SEGUNDA DE ABONO: LOS TRIUNFOS QUE NO PUDIERON LLEGAR
Corrida de expectación ● Los de Camponuevo no dieron el juego deseado ● Los tres diestros mostraron ganas de triunfo.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Hay un dicho taurino que, lamentablemente, se repite más de lo que a uno le gustaría: tarde de expectación, tarde de decepción. Rima fácil y de escasa calidad, que describe cómo, en muchas oportunidades, la ilusión de los aficionados ante un evento muy esperado se estrella con la dura realidad.
Realidad que el toro –apasionante pero imprevisible animal salvaje– a veces impone, deshaciendo los anhelos que traen los aficionados cuando llegan a la plaza. La imprevisibilidad del toro es la esencia de la tauromaquia. Al no haber un guion escrito y conocido de antemano, como en el teatro, la sorpresa emociona y despierta pasiones cuando los astados embisten y transmiten peligro que los diestros sortean airosa, gallarda y estéticamente. Pero cuando el toro no embiste, mansea y no acomete como se espera, el espectáculo es imposible y el ánimo de los aficionados decae; luego los enoja y finalmente los exaspera, haciéndolos protestar ruidosamente.
–Decepción–
Ayer en Acho, más que los toreros –tres buenos diestros, pero ninguno de ellos una figura del toreo– la incógnita eran los toros de Camponuevo, ganadería nacional que regresaba a Acho después de muchos años. La ilusión era que dieran buen juego y permitieran faenas lucidas, y que a partir de este año Camponuevo se conviertiese en una ganadería peruana más en la que poder cimentar la organización de las próximas ferias limeñas. Pero esa expectación, ayer en Acho, se trocó en decepción.
–Los toros–
Los de Camponuevo suelen dar buen juego en provincias, donde lidian cada año numerosas corridas. Se mueven, exigen a sus matadores y permiten faenas lucidas. Pero la exigencia en cuanto a trapío no es la misma que en Acho. La plaza con 250 años tiene, además, un ruedo muy amplio, de 55 metros de diámetro. Por ello, un toro muy justo de presencia puede ser engullido por semejante redondel.
Uno muy bajo de agujas, demasiado bonito de hechuras, también corre ese riesgo. Los de Camponuevo tuvieron buenas hechuras, pero a tres de ellos –primero, segundo y sexto– les faltó remate, culatas redondeadas y morrillos prominentes. Los otros tuvieron más presencia. Pero a los seis les faltó acometividad, movilidad y raza, cualidades que esa ganadería suele mostrar en provincias.
–Los diestros–
Los tres mostraron ganas y deseos de agradar. Lancearon de capote lucidamente. Muletearon con clase, mientras los astados acometieron.
Por último, en una tarde tan desafortunada, Luque fue cogido, fracturándose el peroné y recibiendo un puntazo. La sensación general del público al abandonar Acho fue de decepción.
EL GANADO DE AYER
De Camponuevo, de Rafael Puga. Los dos primeros y el sexto sin rematar y sin el trapío que exige un ruedo tan amplio como el de Acho. Los seis, en tipo y bien hechos, pero de mal juego. Sin embargo, hay que anotar que ayer había un ‘animus injuriandi’ que no se vio en la corrida del domingo pasado, cuando el escaso trapío de los tres primeros de Garcigrande –que se movieron más, es cierto– no despertaron los pitos ni los gritos injuriosos de parte del público de Sol, que se oyeron cuando matracas de gatillo fácil protestaron ruidosamente, incluso a destiempo e inoportunamente, mientras los diestros –jugándose una cornada– intentaban sacarle faena a sus enemigos.
1. AMOROSO. Número 100, con 470 kilos. Sin remate ni trapío. Protestado de salida. Negro zaíno. Recargó en el caballo, pero se quedó corto en la muleta. Fue pitado en el arrastre.
2. PORFIRIO. Número 79, con 482 kilos. Burraco. Bajo y bonito, pero sin culata y sin remate. De escaso trapío. Protestado de salida. Salió escupido del caballo. Parecía que daría juego en la muleta, pero se partió la mano derecha y quedó inédito. Fue pitado.
3. PALTERO. Número 20, con 496 kilos. Con más cuajo que los primeros. Negro, bragado y meano. Algo montado y enmorrillado. Metió la cara con celo en el capote y recargó en el caballo, pero se quedó corto en la muleta, desluciendo la faena. Pitado.
4. ACEITUNO. Número 95, con 522 kilos. Metió la cara con clase en el capote. Recargó en el caballo y acudió alegre en el segundo tercio, pero se rajó pronto en la muleta y buscó tablas. Pitado.
5. REVISTERO. Número 8, con 493 kilos. Negro bragado. Musculado, largo, hondo y con buenas hechuras. Recibió un muy breve puyazo. En la muleta se quedó corto y cogió a su matador. Pitado.
6. LIMONERO. Número 1, con 460 kilos. Escaso de presencia, se tapó por la cara. Negro bragado. Veleto. No se empleó en el capote y esperó en banderillas. Complicado y de mal juego en la muleta.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de Acho. 13 de noviembre del 2016.
Segunda corrida de abono.
Aforo. Media plaza.
–Toros–
Ganadería Camponuevo, de Rafael Puga.
De presentación desigual. No dieron el juego esperado ni posibilitaron lidia lucida.
–Toreros–
Juan Bautista (Francia), de caldera y oro. Silencio, silencio y silencio en el que mató por Daniel Luque.
Daniel Luque (España), de azul noche y oro. Silencio y herido en el quinto.
Ginés Marín (España), de morado y oro. Silencio y silencio.
–Parte médico–
Daniel Luque sufrió un puntazo en el gemelo y fractura del peroné.
SECUENCIA DE LA COGIDA DE DANIEL LUQUE EN EL QUINTO