Plaza México: el ímpetu de Roca Rey se estrelló con los toros (con videos)
La poca raza de los toros mexicanos malogró la corrida
Plaza México ● El público se mostró ansioso por verlo triunfar ● Los toros de encaste Domecq no sirvieron.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
La corrida del 72 aniversario de la Monumental Plaza México, el 5 de febrero, que tanta expectación despertó, fue una decepción por la poca raza de los toros de Jaral de Peña, de encaste Parladé Domecq. Bien presentados, pero mansos. Hubo más de 25.000 espectadores en la plaza más grande del mundo, que puede albergar 42.000 personas en sus tendidos; más gente para ver a Andrés Roca Rey que la víspera, el día 4, para ver a El Juli.
−Los alternantes−
El veterano Jerónimo, mexicano que ha resucitado artísticamente este año, lidió a un mansurrón al que, de haberlo entendido, dándole las tablas, hubiera sacado más partido. Sebastián Castella se llevó el mejor lote; al segundo le cortó una oreja tras inteligente faena de torero maduro y sapiente; antaño solo muy valeroso, pero ahora con gusto y arte; si lo hubiera matado mejor hubiese obtenido dos trofeos. Joselito Adame lidió un mal lote y la México, desilusionada, volcó su disgusto sobre el basto pero valeroso mexicano.
−Andrés y la mala suerte−
Lírico se llamó el primero de Andrés, negro, lucero y facado. Bien presentado aunque alto de agujas. Abanto de salida, embistió al capote con la cara a media altura. Las verónicas y media de Andrés, de buena ejecución, no fueron lucidas porque el astado no metió la cara abajo y tuvo poco celo al embestir. Suelto en varas, solo recibió un picotazo del picador de reserva, sin recargar. El toro, en el primer tercio, no mostró clase ni bravura. Mala cosa. En el segundo tercio, el astado continuó a su aire; salió suelto tras los capotazos y acudió sin más al cite de los banderilleros, sin celo. Un mansurrón sin dificultades, pero sin futuro en cuanto a lucimiento.
Inició el trasteo con cambiados por la espalda; se oyeron las primeras ovaciones y olés estentóreos, brotando del pecho de más de veinte mil almas. El toro se arrancaba de largo, pero al llegar a la jurisdicción de Roca Rey salía suelto y con la cara alta. En el tercio, inteligentemente, sin sacarlo a los medios, Andrés le cuajó dos buenas series con la derecha, aguantando la descompuesta embestida del manso; Lírico echaba la cara arriba mediado el muletazo, impidiendo el toreo que gusta en la México: pases largos, templados y lentos; su poca raza no permitía más. Aportándolo todo, Andrés bajó la mano, obligándolo, con temple, a seguir la muleta sin dejar que la tropezase; la tercera serie fue buena y el público –ansioso por verlo triunfar− lo ovacionó con fuerza.
Por el izquierdo, el toro era aun peor y la gente empezó a protestar. Andrés, ante un bocinazo impertinente, fruto de querer verlo en su verdadera magnitud, miró al tendido –molesto− y pidió calma; un error contestar al público y como era lógico, lo pitaron por ello. Una serie más con la derecha, dejando la muleta en la cara, se le aplaudió; pero el manso de Jaral para poco más sirvió. Insistió con naturales de mucha exposición que le aplaudieron. Pero lo que no puede ser, no puede ser y peor si es imposible. Pitos, más que a él, por la desilusión del público al no poder verlo triunfar en la México. Gran estocada y ovación que supo a poco.
−Tampoco con el último−
El castaño que cerró la corrida metió bien la cara en el capote y le permitió buenas verónicas a Andrés e incluso un quite por gaoneras. Recargó en el caballo, aunque con la cara alta. Pero allí dejó la poca raza que tenía dentro. En la muleta no tuvo un solo pase lucido. El público pitaba, desilusionado, por una tarde de expectación que los mansos de Jaral echaron a perder.
Bajo estas líneas, el video de la corrida en la México.
REFLEXIÓN REFERIDA A ACHO
¿Toros mexicanos? ¡No!
En el Perú no hay suficientes ganaderías que garanticen presencia adecuada y buen juego para Acho. Por eso hay que importar. Colombia es un problema por la aftosa. De España –lo óptimo− es muy costoso. México sería la otra opción, pero ¿qué se traería de allí?
Los saltillos mexicanos que desean las figuras han degenerado. En busca de “toreabilidad” −desafortunado palabro inventado por Juan P. Domecq−, lo de Marrón, Teófilo Gómez y Fernando de la Mora se han vuelto mansos perdidos. Pero lo de encaste español tampoco sirve; ni Jaral de Peñas, ni La Joya, ni Barralva.
La próxima feria está resuelta con el ganado que se importó el año pasado, pero habrá que tener mucho cuidado con lo de los próximos años.
VIDEOS
Monumental Plaza México.
Corrida del 72 aniversario, lunes 5 de febrero de 2018
Media plaza (alrededor de 20.000 espectadores)
Toros de Jaral de Peñas, aceptablemente presentados, pero mansos; el segundo duró algo más. Solo recibieron un leve picotazo. Todos se rajaron.
Jerónimo (México), de corinto y oro: ovación y silencio
Sebastián Castella (Francia), de purísima y oro: oreja y ovación
Joselito Adame (México) de verde y oro: ovación y ovación
Andrés Roca Rey (Perú) de gris plomo y plata: ovación y silencio
LA CORRIDA COMPLETA
https://youtu.be/Q3C07lcldRo
Video: Vivan los toros