Los videojuegos como medio artístico
A propósito del lanzamiento de Beyond: Two Souls, comparto algunas ideas sobre el potencial de los videojuegos como medio artístico.
A diferencia de las películas, los videojuegos son interactivos. Tienen más herramientas para crear una inmersión en el jugador que las otros artes. Y por lo que vemos, la tendencia es que esto aumente, con accesorios o equipos como el Oculus Rift, el LEAP Motion Controller y la nueva versión de Kinect. Sin embargo, en términos de juegos y contenidos, recién están apareciendo desarrolladores con ganas de arriesgarse y explorar nuevos límites.
Uno de ellos es David Cage, de Quantic Dream, que acaba de lanzar Beyond: Two Souls, un juego que es un drama interactivo apoyado por las actuaciones de artistas como Ellen Page y William Dafoe. Beyond es un juego importante por la atención que ha recibido y porque -junto con Heavy Rain- será un referente en cuanto a las posibilidades que un juego puede ofrecer para desarrollar una historia dramática. A Cage le molestan los reviews que terminan en una nota. Beyond no debe ser calificado por sus gráficos, historia o dificultad, como sí sucede con la mayoría de juegos, sino por lo que trata de transmitir durante toda su extensión y por lo que se arriesgó a hacer.
Lo mismo sucede con Journey o con Papo & Yo, que son juegos no convencionales que exploran temas como la soledad o el alcoholismo, que son ampliamente tratados en la literatura o el cine, pero que en los videojuegos han sido tabús hasta ahora. Afortunadamente, esto está cambiando, en parte por la facilidad que tienen los desarrolladores para autopublicar sus juegos, y porque eso está motivando a las grandes empresas a publicar juegos con estos temas. La audiencia también los comienza a reclamar.
Estamos en un momento muy importante en la industria de los videojuegos, en el que gracias a creadores como David Cage, Jenova Chen o Vander Caballero, los videojuegos muestran que no sólo son productos de entretenimiento y que pueden generar millones de dólares, sino que también pueden conmover y ser considerados arte.
Cada vez es más normal escuchar de videojuegos expuestos en galerías de arte o con presencia en Festivales de Cine. También, los game designers o directores de juegos ganan más exposición. Algunos desarrolladores independientes ya son considerados artistas de culto y tienen legiones de seguidores en todo el mundo. El medio tiene menos de cincuenta años y tiene más potencial que ningún otro. Como diría Kelle Santiago en una charla de TEDx, es hora de dejar de hacernos la pregunta de si los videojuegos son o no arte, y aceptarlo y explorar hasta dónde puede llegar el medio.