Gone Home

Gone Home puede parecer un first person shooter, pero no lo es. Sí, es en primera persona, lo hizo un equipo que estuvo involucrado con partes de Bioshock 2, y puedes ejecutar ciertas acciones clásicas de un juego de este género en el juego. Pero al mismo tiempo, no hay enemigos, no puedes morir, y por supuesto, no puedes disparar. Es un excelente ejemplo de una experiencia de exploración en donde el foco está en la historia que vas descubriendo conforme recolectas boletos del cine, cartas, cuadernos. Es el jugador el que va creando la historia en su cabeza, mientras explora una casa vacía en medio del bosque.

Estamos en un momento en la industria en que los juegos independientes son los que más riesgos están tomando y están expandiendo más las posibilidades del medio. Gone Home es un claro ejemplo de ello. No solo por la forma en que nos ofrece esta historia en términos de exploración (somos nosotros los que decidimos qué leer y qué lugar visitar primero) sino por los temas que trata: la familia, la sexualidad, la adolescencia. Estos temas suelen ser muy aburridos cuando son tratados en videojuegos serios, cuando se fuerza a crear una opinión en el jugador antes de hacerlo de manera sutil a través del gameplay. Pero en Gone Home no solo se logra eso sino que constantemente nos estamos preguntando a nosotros mismos nuestra postura sobre estos temas.

En las dos horas que dura el juego nos convertimos en voyeurs, abriendo los cajones de la casa para encontrar un nuevo secreto de la mamá de la casa, o reunir las pistas para abrir la caja fuerte del sótano. Gone Home es un excelente ejemplo de lo que los videojuegos son capaces de hacer cuando interiorizan que su principal fortaleza es la interactividad que se crea entre el juego y el jugador, y de cómo el gameplay puede ser un complemento de la narrativa.

El juego está disponible para PC, Mac y Linux. En estos días está en oferta en Steam.