Lectura divertida: Una forma diferente de compartir, aprender y soñar
Todos sabemos que el Perú es uno de los países con los peores índices de comprensión lectora y casi siempre nos fastidiamos porque la calidad educativa no es la que esperamos. Pero también sabemos que hay personas que buscan cambiar esa situación con nuevas iniciativas y aportar así a la construcción de una nueva y mejor educación, ya sea desde el Estado, las empresas o la sociedad civil.
En esta ocasión queremos compartir con ustedes la historia del Proyecto Lectura Divertida, para que conozcan al equipo de trabajo que junto a los ñinos(as) del Puericultorio Pérez Aranibar han logrado compartir el amor por la lectura, transformar el espacio académico en algo especial, desarrollar habilidades personales y sociales en donde el secreto ha sido el cariño y la dedicación, acompañado de un sistema artístico, lúdico y creativo en el aprendizaje, a partir de la metodología LIVA (Lectura Interactiva en Voz Alta).
Lectura divertida es un proyecto que ha reunido personas de diferentes universidades y especialidades: Hay jóvenes de educación, comunicación, psicología, diseño industrial, física, economía, contabilidad, entre otras especialidades de la PUCP, UNFV, UNMSM, UNI y UNIFE. Quienes trabajan con las niñas del Hogar Virgen del Pilar y los niños del Hogar Grau del Puericultorio Pérez Aranibar.
Su trabajo inició a principios del 2014, época en la que dos de las estudiantes responsables de este proyecto conocieron por primera vez el Puericultorio Pérez Aranibar. En aquel momento no comprendían con exactitud la labor de la institución, pues llegaron a sus instalaciones con la finalidad de asistir a un taller dictado por otra entidad.
La curiosidad, lo poco que sabían del lugar, el interés de apoyar en el crecimiento pleno de los niños(as) y el deseo de realizar prácticas pre profesionales las condujeron hasta la oficina de Dirección del Puericultorio. Ahí conversaron con la coordinadora de actividades, quién les contó los objetivos del Puericultorio , que había una biblioteca sin usar, niños(as) con un bajo nivel de lectura y otro tipo de problemas, y una demanda por cambiar esta situación. Ese encuentro hizo que naciera la promesa de diseñar, ejecutar un proyecto de lectura integral.
Así empezó el reto de crear un ambiente educativo complementario que permitiera el desarrollo pleno de los participantes, que respondiera acertadamente a la realidad de aquellos niños(as) que forman parte del albergue más grande del Perú, en donde se brinda vivienda, alimentación, salud, educación y recreación a huérfanos y niños(as) en situación vulnerable que no están con sus padres y madres por varios motivos. Ellos son cuidados por diferentes auxiliares por turnos, salen muy pocas veces del Puericultorio, viven a partir de donativos; aspectos que desencadenan no solo en problemas académicos, sino también de autoestima y de mala conducta.
Con esta misión se constituyó ,en noviembre del año pasado, el equipo de gestoras del proyecto: conformado por cuatro estudiantes de la PUCP, quienes empezaron con un diagnóstico de la problemática y del público objetivo para luego presentarse al 5to Concurso de Responsabilidad Social de Estudiantes de la Dirección de Académica de Responsabilidad Social (DARS) de su centro de estudios, lugar en donde recibieron el presupuesto y el asesoramiento para iniciar el Proyecto Lectura divertida: Arte, juego y creatividad en el aprendizaje . A partir de ello, nació este nuevo compromiso, esta nueva aventura.
Se plantearon el objetivo de fomentar el aprendizaje de la comprensión lectora en los niños(as) del Puericultorio Pérez Aranibar a partir de un enfoque integral para su desarrollo académico, emocional y social. Y todo ello en base un trato personalizado con los niños(as), por lo que el equipo se amplió con un grupo de talleristas y voluntarios para el apoyo y facilitación en la ejecución de actividades y que fueran los acompañantes de los niños(as).
Así, cada sábado en la mañana llegan las gestoras del proyecto, los talleristas y voluntarios a ordenar todo para iniciar el taller de lectura divertida en la pérgola del Puericultorio. Cuando los niños(as) llegan el ambiente se vuelve más alegre y la consigna principal es compartir y disfrutar lo máximo que se pueda del espacio, siempre con respeto y libertad. La sesión empieza con dinámicas, juegos o canciones, luego el encargado aplica la metodología del LIVA (Lectura Interactiva en Voz Alta), se responde una pregunta según nivel de lectura con arte (dibujo, pintura, teatro, etc.) o juego y al final cada niño(a) elige su libro y lo lee en el lugar más cómodo para él o ella (en las sillas, en la carpeta, en las escaleras, en el patio).
Fue emocionante ver cómo los niños disfrutaban el tener un libro entre sus manos, de verlos contentos al momento de recibir sus mini-historias junto a sus refrigerios. Pero sin duda alguna “los niños son un reto cada sábado, el escucharlos, aconsejarlos y brindarles todo ese cariño que ellos anhelen recibir y merecer recibir” como explica Rocío Velásquez – Gestora del proyecto.
El mismo día del taller, una vez que los niños se van, todo el equipo se queda para conversar del día, llenar fichas de monitoreo y saber qué hacer para mejorar. El tiempo que invierten en el proyecto, en las capacitaciones, y su crecimiento nos muestra que cada uno de ellos aporta al trabajo al equipo. Para Gabriel Moreno, educador y tallerista del proyecto, todo el trabajo “significa verse reflejado en un espejo y ver que puedes mejorar para ti y para el grupo”.
A pesar del corto tiempo del proyecto, ya se notan varios logros. Al inicio, los niños y niñas percibían a la lectura como poco atractiva, aburrida y tenían una negativa disposición a leer. Ahora, según nos cuentan, la consideran como divertida, han interiorizado las pautas de lectura, cuidan los libros, escuchan con atención cuando se les narra una historia como parte del LIVA, disfrutan de su lectura independiente en el espacio que ellos elijan y piden más cuentos. Hay niños que antes no participaban, y que ahora se animan a levantar la mano a dar sus opiniones.
Genaro Soriano, uno de los voluntarios nos dice que “una de las niñas empezó siendo muy tímida y terminó siendo la primera en alzar la mano para participar, y que uno de los niños inició comportándose algo inquieto, desanimado y termino dirigiendo algunas actividades del grupo. Y que ver como el trabajo da frutos es algo que anima a seguir adelante”.
Todo indica que la bienvenida, los talleres de lectura, la donación de libros, las pruebas de lectura, el compartir navideño, el paseo recreativo son algunas de las actividades han permitido que se fortalezcan los vínculos entre los participantes de lectura divertida, el cariño y el respeto mutuo, la confianza en sí mismos de cada uno de ellos y se contagie el amor por la lectura. En sus últimas sesiones, ya no solo se lee sino que se cuentan y escriben historias con los niños(as) en base a la técnica del Binomio fantástico. Al parecer el interés se ha despertado en este ámbito también.
El equipo se alegra cuando mencionan los logros de lectura divertida, y señalan que pronto capacitarán e intercambiarán conocimientos con los profesores, auxiliares de los niños(as) para que puedan ser ellos los que continúen con la labor de réplica dentro de sus espacios de intervención. “Poco a poco se ven los progresos a nivel personal, esto nos hace sentir contentos. Ya tenemos niñas(os) que se expresan muy bien en público, los niños están con ganas de seguir leyendo al final de la sesión. ¡Viva Lectura Divertida!, explica entusiasmada Denisse Paredes – Gestora del proyecto.
Pero los cambios no sólo se han dado con los niños(as), sino también ha impactado en la vida personal y profesional de los talleristas y voluntarios. Uno de ellos, el educador del equipo, obtuvo una beca en la Casa de la Literatura e ingresó a su nuevo trabajo por la experiencia obtenida en lectura divertida, otro superó tu timidez e incomodidad al interactuar con grupos grandes de personas, otro realizó su investigación universitaria sobre la comprensión lectora inspirado en el proyecto y la diseñadora industrial descubrió que su tarea como profesional va más allá de la creación de bienes /objetos sino de nuevos sistemas artísticos de expresión.
Ella nos cuenta que lectura divertida define demasiado su labor como diseñadora dentro de la sociedad, y que se siente más comprometida como agente de cambio. “Ahora creo firmemente en que la educación, el arte, los juego y el amor son determinantes en la formación de cualquier persona”, indica Ángela Guerrero – Tallerista del proyecto.
Y lo más importante en este proyecto ha sido que cada uno de los integrantes recuerda que el compromiso con los niños(as) no es solo ir uno o dos sábados a verlos, sino que el vínculo emocional con ellos es clave en su desarrollo. Así Rocío Ramírez, voluntaria del proyecto nos dice que le “gusta que si bien lectura divertida pretende mejorar las aptitudes de lectura de los niños, no se deja de lado el factor emocional. Por ello, asume que sus voluntarios además de impartir conocimientos también son personas de apoyo emocional para los niños participantes del proyecto.”
Pronto culminarán las actividades de lectura divertida, y el equipo buscará compartir esta experiencia y modelo con aquellas organizaciones interesadas en replicar y mejorar el sistema empleado en contextos similares para el desarrollo de más personas. Los interesados podrán escribir a escribir al fan page del Proyecto Lectura Divertida, al correo p.lectura.divertida@gmail.com o comunicarse con al 998798758.