Hace 5 años el criollismo peruano lloró al ‘Zambo’ Cavero
Murió un día como hoy 9 de octubre, pero del 2009. Tenía 68 años de edad y 130 kilos de peso. Estábamos en el mes morado, el del Señor de los Milagros, como hoy. Es cierto que no se hizo el milagro, pero su vida lo fue sin duda. Desde el 29 de noviembre de 1940, cuando nació en el Centro de Lima, el hombre bueno y alegre que fue siempre Arturo ‘Zambo’ Cavero creció en una familia muy humilde, hasta convertirse en una estrella, en una voz, en un alma que solo vivía para hacer arte, para gozar y hacer gozar.
Han sido cinco años sin su voz ronca. Sin su timbre fantástico. Arturo Cavero Velásquez fue un niño inquieto que nació en la cuadra 11 de la avenida Abancay, en el callejón ‘La Banderita Blanca’. A los 16 años, en 1956, hizo sus pinitos musicales junto con el maestro Juanito Criado.
Era un joven soñador que escuchaba la voz del cubano Benny Moré y se enamoraba. Por esos años se ganaba la vida como jazzista en el ‘Negro Negro’ de la Plaza San Martín. Dios sabrá cómo se dio tiempo para estudiar, y licenciarse como profesor de primaria.
Un dúo de polendas
Luego de aprender de todos los criollos posibles durante las décadas de 1950 y 1960, y de agotadores trabajos nocturnos, el ‘Zambo’ Cavero (el sobrenombre se le colocó el periodista Guido Monteverde) empezó a cantar al lado de otro maestro como él, Óscar Avilés, con quien grabó su primer disco en 1963. Algunos dicen que hoy -a la fecha- hay cerca de 60 discos grabados a dúo. Como para la estadística del talento criollo.
Los espectáculos que daban el ‘Zambo’ Cavero y Óscar Avilés eran una clase maestra de la música criolla. Juntos intercambiaban datos, nombres, títulos y fechas vinculados con canciones y compositores criollos. Además, explicaban cómo eran las jaranas de antaño, esas que duraban tres o cuatro días seguidos.
Muchas de las composiciones que interpretó don Arturo, las más patrióticas, fueron del imaginario musical de Augusto Polo Campos; es infaltable su voz en ‘Y se llama Perú’ y ‘Contigo Perú’; pero de Polo Campos también cantaba con sentimiento ‘Cariño bonito’.
Pero Cavero era muy completo. Era baterista, timbalero, un percusionista nato. Interpretaba como nadie, sobre todo las canciones más sentidas que ha dado el criollismo como ‘Se acabó y punto’, ‘Dijiste adiós’ y ‘Nuestro secreto’ del maestro Félix Pasache; ‘Olga’ de Pablo Casas Padilla; o ‘Mal paso’ de Luis Abelardo Núñez.
Homenaje a un grande del criollismo
El 3 de junio de 1987, don Arturo fue declarado Patrimonio Artístico de América por la OEA, conjuntamente con otros cuatro artistas peruanos: Óscar Avilés, Luis Abanto Morales, Jesús Vasquez y Augusto Polo Campos.
Los homenajes se sucedieron en los años ’90, y en agosto de 1998 volvió a reunirse con Avilés luego de algunos años de separación. Un tiempo después causó sorpresa al aparecer en un spot publicitario ya no junto a Avilés, sino al ex presidente de la República, Alan García, amigo suyo, con el que cantó para la campaña presidencial del 2001.
Viajó durante los primeros años del siglo XXI con otros artistas y cantantes peruanos por los Estados Unidos (especialmente Miami), donde destacó como un símbolo del criollismo nacional.
Su salud se quebrantaría por la obesidad que le afectaba desde hacía años. Por eso, en marzo del 2007, fue intervenido quirúrgicamente para colocarle una banda gástrica. Estaba pesando 190 kilos, y logró bajar a 110. Ese mismo mes anunció que escribiría su autobiografía.
En una entrevista en el 2005 para El Comercio, había declarado: “Como profesor de primaria, con licenciatura, no hubiera conocido Australia, en donde me quedé un mes. En Estados Unidos, a donde voy a regresar en estos días, he tocado no solo para peruanos sino para latinos en general. He estado cinco veces en España, también en Suiza, Suecia, Italia, Francia, Inglaterra”.
Cuando el periodista le preguntó en esa misma entrevista sobre el declive de las música criolla, reaccionó casi airado: “¡Los que dicen eso son gente descorazonada que no quiere a su patria, ni su folclore, ni sus tradiciones!”.
El 21 de diciembre del 2008, durante la jornada de la Teletón en Lima, nuevamente cantó con el entonces presidente de la República, Alan García, el vals ‘Todos vuelven’. Fue emotivo verlo cantar, disfrutar en medio de la algarabía popular. Hasta que llegó el año 2009.
Una de las últimas participaciones musicales masivas de don Arturo fue el 7 de marzo de ese 2009, en la que cantó con su socio de siempre: Óscar Avilés. Se trató de un concierto criollo sinfónico, organizado por Lucía de la Cruz en el Teatro Peruano Japonés, de Jesús María.
El final
El 25 de agosto del 2009 es internado en el Hospital Edgardo Rebagliati Martins, por complicaciones simultáneas de su salud, en un cuadro médico que incluía insuficiencia renal e hipertensión diabética.
El 5 de octubre, ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos de ese nosocomio. Estuvo hasta el 8 de octubre, lúcido, de buen humor e incluso -cuentan- que el 7 de octubre pidió su alta porque debía prepararse para ir a la procesión del Señor de los Milagros el 19 de octubre.
El 9 de octubre del 2009, con un shock séptico, insuficiencia multiorgánica, encefalopatía multifactorial y coagulopatía, Arturo ‘Zambo’ Cavero no aguantó más. Murió en el Rebagliati. Eran las 12:55 p.m. Fue velado al día siguiente en el Museo de la Nación, en San Borja, en olor de multitud.
El 11 de octubre, la carroza fúnebre se dirigió a la iglesia de las Nazarenas, en la avenida Tacna, a donde el cuerpo fue llevado por su devoción al Cristo Morado; luego los restos fueron conducidos a la Municipalidad de Lima, que le rindió un homenaje musical. Después fue paseado en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno y posteriormente en el Congreso de la República.
En horas de la tarde, del mismo día, los restos de Arturo ‘Zambo’ Cavero fue sepultado en el cementerio Jardines de la Paz, en La Molina.
La música criolla quedó de luto. Y aún hoy su ausencia se siente en cada uno de sus admiradores.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio
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