“La hora del lonchecito”, las chicas de Papetti y Claudia Cardinale
El Perú es un país nostálgico. A pesar de contar con una numerosa población joven, la música del ayer parece no envejecer. Parafraseando a Unamuno, podría decirse que el Perú es ese país al que le gusta apoyar los codos en la nostalgia y mirar al pasado. Gracias a ello es que blogs como este pueden tener un futuro, pero gracias también al impulso dado por algunos locutores y productores que hallaron en la música del ayer un nicho capaz de desafiar al tiempo. Hoy comenzamos esta historia hablando de uno de ellos.
El señor que vemos en estas imágenes de Canal N es Jorge “Koky” Salgado, el conductor de La hora del lonchecito, el programa radial que se ha vuelto el abanderado de la música del recuerdo, pues, de algún modo, hizo revivir en el Perú el gusto por la denominada “Nueva Ola” de los años 60 y 70. Sin embargo, “Koky” Salgado no fue su primer conductor.
Corría el año de 1976, el Perú vivía bajo una dictadura militar y en la programación de Radio Mar AM -una de las más populares del país- había quedado un espacio vacío entre las 5 y 6 de la tarde. Wilmer Salgado Bedoya -uno de los fundadores de la radio y padre de “Koky”- organizó una reunión de locutores para decidir qué hacer en ese espacio. “¿A esa hora qué hace la gente?”, preguntó don Wilmer. “Tomar lonche”, respondió el locutor Eduardo Urbina, conocido como el “Primo Koko”, a quien se le ocurrió así el nombre del futuro programa: La hora del lonchecito.
Los peruanos sabemos lo que es la expresión “tomar lonche”. Si bien es una tradición que ha ido menguando, el “lonche” (anglicismo que proviene del inglés lunch) es una suerte de merienda que se toma después del almuerzo y antes de la cena, más o menos a las 5 o 6 de la tarde.
Eduardo Urbina Moya fue el primer conductor de La hora del lonchecito, espacio radial que llegó a tener diferentes locutores y que terminó desapareciendo del dial. Sin embargo, en el año 2000, el programa volvió a Radio Mar AM en la voz de “Koky” Salgado, quien tres años después, el 11 de agosto de 2003, logró llevar el espacio a la FM en la recién fundada Radio La Inolvidable. Fue allí cuando comenzó la segunda fiebre de la “Nueva Ola” en el Perú. “Lo único que hice fue desempolvar canciones”, le dijo Salgado a este blog. Hoy es uno de los cinco programas más sintonizados de la radio peruana.
En el año 2000, cuando estaba a punto de lanzar su Hora del lonchecito, “Koky” Salgado se puso a buscar una canción para el programa. Él había crecido en los años 70 escuchando espacios radiales que tenían temas instrumentales como presentación; por ejemplo, Amor de fantasía de Los Pakines, o Tema para jóvenes enamorados de Los Belkings. Pero, en especial, recordaba un programa de Lucho Aguilar que empleaba La ragazza con la valigia, del italiano Fausto Papetti.
A Salgado le gustaba mucho el estilo de Papetti. “En mi casa tengo dos discos LP de Fausto Papetti, originales del sello Durium. A él le decían el ‘saxo de oro’”, recuerda Salgado. Y fue así como decidió que la canción de presentación de La hora del lonchecito fuera otro gran éxito del saxofonista italiano. Escúchenlo e iniciemos la segunda parte de esta historia.
Este tema instrumental lleva el título de Legata a un granello di sabbia (Atada a un granito de arena) y fue lanzado en 1961 por el ya referido Fausto Papetti. Nacido en la localidad de Viggiù (Lombardia) en 1923, Papetti alcanzó con su saxo una gran popularidad en Italia, donde logró vender más de 20 millones de álbumes, como recuerda el diario Il Corriere della Sera.
Papetti comenzó su carrera tocando para grupos de jazz. Hombre bastante reservado, no le gustaba salir en televisión y temía volar en aviones. En 1959 debutó como solista para el sello Durium con su álbum “Fausto Papetti – Sax Alto e Ritmi”. Pero dos años después llegaría su segunda producción, que fue todo un éxito en América Latina.
Precisamente, Legata a un granello di sabbia fue incluida en este segundo álbum de 1961, que se llamó “Fausto Papetti — Sax Alto e Ritmi. Serie Ballabili N° 2”. De hecho, Papetti tenía la costumbre de enumerar rigurosamente todos sus álbumes. Sus discos LP, que se llamaban raccolta (colección), llegaron a sumar 50, e incluso hay uno dedicado a América Latina. Su éxito en la década de 1970 fue tal que Papetti se daba el lujo de sacar dos discos al año, los cuales llegaban a lo más alto del ranking italiano.
Un dato interesante es que muchos italianos recuerdan los álbumes de Fausto Papetti porque sus portadas presentaban a hermosas modelos desnudas, un atrevimiento para la época, como señala el diario italiano Il Post. Aquí una pequeña muestra de sus copertine pruriginose (portadas picantes).
Como ha dicho el escritor italiano Sandrone Dazieri, las portadas de Papetti fueron una hábil estrategia de marketing que presentaba música tranquilizante bajo un aspecto pecaminoso. “Todos los muchachos de mi edad conocían a Papetti. Quién sabe si llegó a darse cuenta de que había creado el imaginario erótico de una generación”, señaló Dazieri. Fausto Papetti, el “saxo de oro”, murió en el balneario italiano de San Remo en 1999.
Pero Legata a un granello di sabbia no solo fue interpretada por Papetti, sino también por el mexicano Ricardo Roca, bajo el título de Granito de arena. El tema también se escuchó en Argentina en la voz de Ricardo Roda (un italiano de Sicilia que llegó al país rioplatense a los 12 años) con el título de Ligados a un granito de arena. Hay también versiones de la italiana Rita Pavone, del peruano Homero, e incluso en croata, titulado Kao sitno zrno pijeska, y en serbio, llamado Vezan za zrno peska.
Otro que lo grabó fue un conocido nuestro: el español Dyango, de quien hemos hablado ya en este blog. El tema se tituló Ligados (a un granito de arena). Véanlo aquí, en imágenes del 8 de julio de 1980 para la TV española, y aprecien el ritmo más festivo que tenía su versión. Aunque parte de la letra diga “me moriré de soledad”, se trata de uno de los temas más animados de la carrera musical de Dyango.
Pero, ¿cuál es la versión original?
De él hemos hablado ya cuando contamos la historia detrás de la canción Contigo en la playa. En este video vemos al italiano Nico Fidenco en una presentación especial para el emblemático programa Canzonissima en 1968. Para ese entonces, este joven romano era ya un artista muy conocido por sus canciones que evocaban el sol, la arena y el mar, lo que le valió en Italia formar parte del denominado grupo de “cantantes de playa”.
Sin embargo, la historia de esta canción se remonta a siete años atrás. Legata a un granello di sabbia fue compuesta por Gianni Marchetti y el propio Nico Fidenco. Luego de escucharla, su sello discográfico, la poderosa RCA, le propuso a Fidenco que la presentara en el Festival de San Remo de 1961. Y así lo hizo. Pero, increíblemente, la canción fue rechazada por la comisión examinadora de San Remo, pues la consideraron “inadecuada” para el estilo del festival, según recuerda el sitio web Hit Parade Italia.
“Afortunadamente la rechazaron en San Remo porque era una canción tranquila”, declaró Fidenco en una entrevista. “En ese momento iban a San Remo los temas de Domenico Modugno, de Tony Dallara, temas con mucha energía. Quizá la canción, que es muy dulce, hubiese terminado sofocada”. Lejos de amilanarse por el rechazo de San Remo, Fidenco vio en todo esto una gran oportunidad.
Como la RCA mantenía su fe en la canción, el sello discográfico decidió grabarla, pero la lanzó meses después, en el verano de 1961. “Lo hicimos así porque la canción hablaba del mar”, dijo Fidenco. Y la decisión fue muy acertada, pues al final de ese verano llegó a vender un millón y medio de copias, convirtiéndose en la más sonada de las radios italianas. Legata a un granello di sabbia contó con los arreglos de dos “monstruos” de la música: los ganadores del Oscar, el italiano Ennio Morricone y el argentino Luis Bacalov.
Aunque en el Perú la conocimos en versión instrumental, parte de la letra dice así:
Ti voglio cullare, cullare,
posandoti su un’onda del mare, del mare,
legandoti a un granello di sabbia,
così tu nella nebbia più fuggir non potrai
e accanto a me tu resterai.
(Te quiero acunar, acunar,
posándote sobre una ola del mar, del mar,
atándote a un granito de arena,
así tú en la niebla escapar ya no podrás
y junto a mí te quedarás).
La canción de Nico Fidenco fue el primer disco de 45 rpm en superar el millón de copias en Italia y permaneció 27 semanas en el ranking. Un dato curioso es que la canción dura más de 4 minutos, algo muy raro para 1961, pues los temas ni siquiera solían superar los 3 minutos. Fidenco luchó para que su canción no fuera cortada y lo logró. Pero en lo que nada pudo hacer fue en la decisión de la RCA de no colocarlo en la portada del disco.
La RCA consideraba que por su incipiente calvicie, Fidenco no tenía el atractivo físico necesario para vender discos. Y por ello optó por presentar en la portada a una hermosa chica paseando por la playa.
En la contraportada de este disco de la RCA, editado en España en 1961, lo llaman “el muchacho de oro de la música ligera” y, además, el “cantante abogado”. En efecto, Nico Fidenco se graduó en jurisprudencia y aspiraba, más bien, a ser director de cine.
Nacido en Roma en 1933, Nico Fidenco se llama, en realidad, Domenico Colarossi. En 1960, luego del inesperado éxito de su canción What a sky, los directivos de la RCA le pidieron adoptar un nombre artístico. “Nico” es el diminutivo de Domenico (y así lo llamaron siempre en su hogar), mientras que “Fidenco” fue elegido por la RCA dentro de una terna de apellidos que terminaban en “enco”.
Antes de irme, les dejo un dato. Legata a un granello di sabbia no fue la única canción que el saxofonista Fausto Papetti tomó de Nico Fidenco. Otra de ellas fue La ragazza con la valigia (La chica con la maleta), también de 1961.
Lo curioso es que la versión original de Fidenco es en inglés y lleva el título de Just the same old line. Entonces, ¿por qué Papetti le puso La ragazza con la valigia? Pues porque la versión original de Fidenco se hizo conocida al ser incluida en la película La ragazza con la valigia, dirigida por Valerio Zurlini y protagonizada por la bellísima Claudia Cardinale.
Vean el momento en que Just the same old line aparece en la película. Es la escena en que Aida (Claudia Cardinale), un poco pasada de copas, es desafiada por Romolo (Riccardo Garrone), quien le dice: “Y ahora, veamos cómo bailas”.
Y ahora, terminamos esta historia con la versión de Fausto Papetti, que fue muy conocida en Perú. Pero nos vamos no solo con esta canción, sino también con escenas de Claudia Cardinale en la película La ragazza con la valigia. ¿Cómo habría sido un disco de Papetti con ella en la portada?
Hasta la próxima canción.
Agradecimientos:
Video 1: leslyebry / Video 2: omar83ism
Video 3: Sergio Ivana / Video 6: Cesar Zorrilla Serna
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