Réquiem de Verdi en versión nacional
Gran Teatro Nacional
“Requiem” de Giuseppe Verdi
Lorena Aranda (soprano), Edda Paredes (Mezzosoprano), Dangelo Díaz (tenor), Humberto Zavalaga (bajo). Coro Nacional. Dirección: Javier Súnico. Orquesta Sinfónica Nacional del Perú. Dirección: Fernando Valcárcel.
Puntuación: 5/10
Por Gonzalo Tello (Ópera Perú)
La Orquesta Sinfónica Nacional del Perú (OSN) cerró su temporada de verano en el Gran Teatro Nacional (GTN) en un concierto especial, presentando una de las obras sinfónico corales mas importantes del repertorio romántico, y que no se había escuchado antes en este teatro. El Réquiem, o Misa de Difuntos escrita por Giuseppe Verdi y estrenada en 1874, es una obra de carácter sacro con los componentes del Verdi maduro, y estilo operístico. Salvo algunas obras para coro, canciones y un cuarteto de cuerda, Verdi solo escribió durante su vida para la escena, y se convirtió en una de las grandes figuras de Italia en el siglo XIX, tanto por su éxito en la música como por su participación activa en política, siendo uno de los líderes de su país en lograr la tan ansiada Unificación hace un poco mas de 150 años.
Verdi, conmovido por la muerte del mas grande compositor italiano, Gioacchino Rossini, le propuso a los mas importantes compositores de la época dedicarle un Réquiem, escribiendo cada uno una parte de la obra, de la cual el se reservó el “Libera Me”, movimiento final. La obra no prosperó y, aunque se escribió y pueden encontrarse grabaciones de esta obra original, finalmente escribió una obra completa, esta vez conmovido por la muerte de Alessandro Manzoni, el gran poeta italiano de su época. Escribió la obra estrenándola en la iglesia de San Marco, en Milán.
La última vez que Lima lo escuchó fue en el 2011 en el Teatro Municipal, cuando el Festival Granda presentó una extraordinaria versión con el tenor Gregory Kunde, La mezzo Elisabetta Fiorillo, entre otros cantantes. La presentación de este Réquiem, por primera vez en el GTN, contó con un elenco enteramente nacional: Los solistas Lorena Aranda, Edda Paredes, Dangelo Díaz y Humberto Zavalaga, junto al Coro Nacional que dirige Javier Súnico.
La OSN tiene toque para las obras con peso contundente y este Réquiem, por sus características musicales le viene bien. Fernando Valcárcel le dió un buen toque con pianissimos y largos efectivos al inicio del Kyrie. La entrada de las cuerdas era íntima, como de cámara, y las voces casi como susurros pronunciaban aquel “Requiem aeternam”. El sonido fue creciendo hasta la entrada de los solistas. Si bien es una oportunidad para que los nacionales puedan probar una obra dramática y referente del repertorio, por momentos resultaron muy ligeras y faltas de volumen en general. El que mas destacó y sorprendió en toda su interpretación fue el tenor Dangelo Díaz, con un volumen adecuado, claridad en la voz, legato, y grata intención. Destacó por supuesto en su “Ingemisco”, único número dedicado íntegramente a la cuerda de tenor.
El “Dies Irae” fue la pieza mejor ejecutada, con una brillantez de la orquesta en una sutil pero precisa dirección de Valcárcel, junto a un Coro que resulta infalible. Fue una pena que los metales complementarios que se colocaron en los palcos superiores, para dar la sensación de espacialidad que requiere este momento, hayan desafinado completamente, destruyendo uno de los momentos mas dramáticos y contundentes de la obra. Lamentable ejecución. Las trompas sobre el escenario hicieron un buen trabajo, sin embargo. El ingreso del bajo en el “Mors stupevit” fue mediocre. Zavalaga hasta que no agarró la partitura en el penúltimo movimiento “Lux aeterna”, desafinó toda su parte. Sería preciso cultivar mas voces de bajo que le hagan justicia a estas obras y no tener que arruinarlas simplemente por dar oportunidades.
Edda Paredes como Mezzo tiene grandes capacidades pero no un instrumento grande, especialmente en los graves, en que la orquesta la comía del todo. Sin embargo el timbre es dramático para dar versiones interesantes del “liber scriptus”, buen drama en el “lacrimosa” aunque algo de escasa claridad en el fraseo del “Agnus Dei”.
La soprano Lorena Aranda, quien dedica sus primeros años de carrera a trabajar en Europa, volvió después de un buen tiempo ausente de nuestros escenarios para interpretar este Réquiem, el cual le pide una gran exigencia, sobre todo en el “Libera Me Domine”, pieza final que cierra la obra y que interpreta con el Coro. Como toda música madura de Verdi, se pide una soprano dramática con voz grande, legato y técnica muy bien desarrollada y un sentido lírico de la interpretación, ya que en si, esta pieza es como una gran escena operística, digna de grandes obras de Verdi como “Don Carlos” o “La forza del Destino”. El timbre y técnica interpretativa de Aranda ha mejorado, sin embargo el peso aún no lo da del todo. Sin embargo, fue salió airosa de esta gran prueba, dando una interpretación personal correcta y sentida. Destaco especialmente los momentos acapela del coro y la soprano, quizá el momento mas complicado, por estar expuestos a la audiencia.
Siempre es un placer escuchar el Réquiem, especialmente con un Coro Nacional como el que tenemos. Si bien el elenco es mediano, y se requieren voces complementarias para este tipo de obras, el resultado siempre es fantástico.