Con pollo y arroz
Voy a soltar algo bien huachafo, pero increíblemente cierto. Hay platos que son como los amigos de toda la vida. A pesar de no verlos siempre, sabes que cuando te los vuelves a encontrar es como si el tiempo no hubiera pasado. Eso es justamente lo que viene a ser el arroz con pollo en mi mesa: un viejo amigo. Cariñoso, rico, generoso.
Busqué con quién prepararlo en esa misma línea de amistad (ya si nos ponemos sentimentales, me tomo el derecho). Lo encontré. Estaba en su cocina de Miraflores, a unas cuadras del -todavía- Teatro Marsano. Por él no pasan los años. Empiezo a pensar que no pasarán nunca.
Vi por primera vez a Lino Estrada poco antes de entrar a trabajar en el periódico. Estaba tan fascinada con escucharlo hablar (todavía lo sigo estando, Lino querido) que mantenerme callada por miedo a decir alguna frase que no sea remotamente interesante fue mi primera reacción ante su presencia. Al poco tiempo, seríamos uña y mugre. El destino hizo que trabajemos juntos por 4 años. Los recuerdos de esos días todavía son objeto de largas conversaciones, bromas y referencias muy especiales. Muy Kardashian. (Ves, esa de ahí era una bromita privada).
Lino siempre supo comer bien. Recuerdo con hambre los ravioles fritos que servía en su casa, apple martini en mano. O manos. Fueron buenas épocas. La vida haría que él tome un curso distinto más adelante que lo llevaría a un proyecto personal donde hoy ha plasmado todo aquello en lo que él siempre creyó: que la alimentación es la base de una vida sana y contenta. Y contenta me puse yo cuando me enseñó a cocinar su plato estrella: el-arroz-con-pollo-que-se-parece-más-a-un-arroz-con-pato-pero-es-de-pollo-y-es-delicioso y que tiene, además, una cuota de nostalgia. El arroz con pollo es el plato que su madre aprendió a cocinar solo para él. Ella, argentina de nacimiento, desconocía la receta. La fecha elegida fue su cumpleaños número 11, todavía el que Lino más recuerda.
Hoy la aprenderé yo también. Esta receta da para alimentar con mucho cariño a 5 suertudos comensales. Espero que te unas e invites a unos cuantos amigos. Viejos o nuevos, realmente no importa si se trata de una buena mesa.
Necesitas:
5 presas de pollo.
Aceite.
1 choclo grande.
100 gramos de culantro.
50 gramos de zapallo de loche.
1 pimiento cortado en cuadraditos.
2 zanahorias cortadas en cubitos.
1 cebolla mediana cortada en cubitos.
50 cc de chicha de jora.
3 cucharadas de azúcar rubia.
4 dientes de ajo pelados y picados.
1 kilo de arroz ( que granee bien).
1 litro de agua para el arroz.
Sal y pimienta al gusto.
1 cucharada de ají mirasol.
2 cucharadas de ají especial.
Empieza salpimentando tus presas de pollo. Una vez listas, ponlas a marinar con 3 cucharadas de azúcar y un poco de la chicha de jora por 10 minutos. Mientras tanto, licúa el culantro, la mitad del zapallo de loche y 2 dientes de ajo con una taza de agua. Resérvalo para después. Corta lo que te quedó del loche para que luego lo ralles.
No te olvides de desgranar el choclo. Pide ayuda, siempre es más divertido.
Ahora comienza la acción. En una olla coloca el licuado de culantro con todas las verduras, el arroz y el litro de agua. Se verá como una sopita. Por mientras, ocúpate del pollo.
En una sartén coloca cebolla picada, ajo, ají mirasol y aceite. Sella cada presa de pollo y luego llévalo todo a la olla, cebolla incluida.
Lino tiene un secreto en esta parte de la receta. Y es que deja las presas solo 15 minutos en la olla para que no se sequen. Las retira y baja a fuego medio.
Es importante que vayas revisando de vez en cuando que no se pegue el arroz en el fondo. Cuando está a punto de hacerse, regresa las presas a la olla y dejar que tse ermine de granear. Listo, mis valientes. Servirse con papa a la huancaína (o huancaína sola) y sarza criolla.
Las fotos una vez más son de Jano Lavalle, de Táhuano Photo. @tahuano. La próxima, una foto suya probando el plato elegido.
Ah, puedes probar este y varios otros platos más en Dos Tenedores, el local donde Lino ha encontrado su nueva misión en la vida. Dar de comer rico. La dirección: Alfonso Ugarte, 382 Miraflores.