La Sudamericana no es lo más importante
Las predicciones que hicimos con un amigo tras consumarse la goleada sobre Cobresol fueron certeras. Ciertos tabloides hicieron gala de su habitual tremendismo para presentar la victoria crema casi como una epopeya, cuando lo que se vio en la cancha fue desencanto puro. Hubo goles, pero el buen fútbol, como hace tantas fechas, volvió a faltar a la cita.
Ante un rival descendido, abandonado por su dirigencia y su gente, golear era una obligación. Las abismales diferencias entre uno y otro equipo impiden elaborar un análisis profundo del partido, más aun si sobre el verde la ‘U’ siguió siendo incapaz de siquiera disimular sus falencias. La regla básica de que un crema le entregara el balón a otro con camiseta del mismo color era quebrantada a cada minuto. Se ganó porque el peso de la camiseta y de algunas individualidades (un superlativo ‘Chino’ Ximénez) resultaron abrumadores para un equipo armado por pedacitos, cuyos jugadores viajaron 20 interminables horas en bus para cumplir con el calendario.
Sería sensacional clasificar a la Sudamericana, sobre todo por la manera cómo se empezó la temporada y lo que representaría por derechos de televisión y taquillas. Pero el objetivo principal debería ser otro; me explico: Universitario requiere tener un norte definido que le permita recuperar sus glorias pasadas sin que ello represente la pérdida de estabilidad. Esto significa delimitar una política con el mediano y largo plazo como horizonte y el fortalecimiento institucional como requisito ineludible.
¿Quiere decir que la ‘U’ debe resignarse a no pelear el título del 2013? Entendámonos: bajar la cabeza es una frase inaceptable para el pueblo crema. Pelea siempre se va a dar; lo que se requiere es ser realista y establecer metas a partir de la situación real del club, pese a que el paupérrimo nivel del torneo local abre las puertas a cualquier sorpresa.
Olvídemonos de un gran presupuesto para armar un equipo poderoso. Es seguro, por otro lado, que el plantel no será el mismo la próxima temporada porque algunos jugadores serán prestados (¿Cáceda?) y otros se irán por bajo rendimiento (¿Cook, Olascuaga, Tomasevich?) o el alto valor de sus sueldos (¿Galliquio, Toñito?). Aquí la responsabilidad de Solano será mayor ya que el margen de maniobra para equivocarse será reducido. Elegir otro Enahoro sería terrible.
Todo esto dependerá también de lo que decida la junta de acreedores, cuya conformación –a pesar de los reclamos de Gremco- es inminente. ¿Confirmará a Right Business en la administración del club? ¿Buscará que otra empresa maneje el club? ¿Apelará al asesoramiento de gente de fútbol para fortalecer la toma de decisiones?
Hay, pues, temas más importantes antes que pensar en la Copa Sudamericana.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.