Te extrañamos, 'Guasta'
No hubo un hincha que no pensara en él, sobre todo en el segundo tiempo, cuando la pelota rodaba de un lado a otro, y la llave que abriera el férreo candado impuesto por el Danubio no aparecía. La ‘U’ nunca extrañó tanto a Diego Guastavino como la noche del viernes. Y por lo que se vio en la cancha, el proceso para acostumbrarse a no tenerlo más va a ser largo y doloroso.
El uruguayo no es un superdotado de aquellos, pero su gambeta era lo suficientemente explosiva para generar incendios en el medio local. Lo mejor del ‘Guasta’ solía verse en los segundos tiempos, cuando el rival se arropaba como un niño friolento en las cercanías de su área grande, el físico de Rainer empezaba a flojear y Canchita se ahogaba en una de sus conocidas lagunas. Su ingreso tenía la virtud de despercudir a sus compañeros. Un quiebre o un disparo desde lejos era medicina eficaz para ataques amodorrados.
En este nuevo plantel crema no asoma un jugador de sus características. Luis García es acaso más cerebral, pero lo suyo es la pausa y el pase largo. Christofer puede sorprender con un servicio medido y Torres, cuando anda a punto, también; no obstante, ambos carecen de la capacidad de sorpresa del ‘charrúa’. Quizá quien más se le parezca por su picardía sea Ruidíaz, aunque al rubio con su plata le va mejor en el área que fuera de ella.
¿Qué mostró la ‘U’ ante el campeón uruguayo? El libreto que todos conocemos: intensa presión para recuperar la pelota, velocidad en el desplazamiento, juego por las puntas, toque en primera, paciencia, tenacidad… y también falta de ideas y poca profundidad en los últimos metros. Físicamente, es un avión. Los primeros 20 minutos jugó a una velocidad que no suele verse por estas canchas. Como decía el periodista Miguel Villegas, no parecía su primer partido de pretemporada. Luego, conforme Danubio fue tomándole la mano, la intensidad se redujo. En el segundo tiempo, con la catarata de cambios que hizo Comizzo, el partido terminó por diluirse en la medianía.
A los refuerzos hay que esperarlos aún. Con más espacios, Luna rindió mejor como lateral que como extremo (La gran pregunta, empero, es si se necesitaba un jugador de sus características. ¿No hubiese sido mejor contratar un delantero que vaya por las puntas?) A García le falta entrar en ritmo y de Martínez es imposible decir mucho porque prácticamente acaba de bajar del avión.
Este martes tendría que llegar Dalton con quien se cerrarían las contrataciones del exterior. Al término del encuentro, Comizzo mencionó que faltaban dos refuerzos. Suponiendo que uno es el defensor brasileño, el otro, se dice, podría ser Juan Diego Gutiérrez, con quien por razones contractuales se haría un nuevo intento en febrero.
¿Hay que preocuparse por lo visto ante los uruguayos? Sí y no: En principio, el equipo necesita ideas y los jugadores que tiene -y los que estarían por venir- no permiten abrigar esperanzas de solucionar esa falencia. Salvo que Christofer, de una vez por todas, tome conciencia de las inmensas condiciones que tiene.
Empero, no olvidemos que este recién es el primer partido, que el rival que hubo enfrente no fue cualquier cosa -es el campeón vigente del Apertura uruguayo- y que, como dijimos líneas atrás, algunos refuerzos necesitan conocer más el libreto de Ángel David.
Eso sí, es una lástima que a estas alturas no se tenga el equipo completo. La dirigencia acertó al no repetir el papelón del año pasado con el Nasarawa, pero al menos debió definir con mayor anticipación los refuerzos del exterior. Aunque el club no está en capacidad de romper el mercado, parte de una planificación ordenada es contar con el plantel listo a tiempo.
¿Es posible hacer una buena Libertadores y obtener el bicampeonato? Es imposible responder ambas preguntas en este momento. En primer lugar, porque el plantel no está completo ni listo. Y en segundo, porque ninguna de las contrataciones es deslumbrante (el brasileño viene de la serie B y Martínez, la gran apuesta de la Administración Temporal, lo hace de la segunda chilena), de ahí que sean una moneda al aire… como lo fueron Guastavino y, claro, el Chapu Fernández.
La gran diferencia con la campaña del 2013 es que esta vez todos los refuerzos tienen el visto bueno de Comizzo. Es más, según me cuentan, salvo el central (originalmente era otro el solicitado; no me refiero a Córdoba, por si acaso) y el Cachi Ferreyra, el resto han sido pedidos expresos del técnico.
Este martes, ante el Nacional paraguayo, tendremos más luces sobre el futuro que nos espera.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.