El gran reto es ante Cristal
Jugar bien y ganar, ¿a qué más puede aspirar un equipo de fútbol? Ambas son razones suficientes para hacer explotar de orgullo a su hinchada. Universitario las ha mostrado en estas dos fechas del Apertura. No, no ha sido una máquina aceitada. Si hiciéramos una equivalencia, es apenas un Tercel del 2013 al que su anterior conductor hizo ganador de su categoría exprimiéndolo hasta el cansancio, sin hacerle mantenimiento. Para el siguiente año, le puso piezas de segunda y pensó que con ello bastaría. Pero en cuanto le ofrecieron un Audi del año, agarró su bolso y abandonó su carrito chambeador en medio de la carretera.
Ahora el carrito anda mejor. Le han bajado el motor, aceitado algunas piezas y parchado la carrocería. No ha tenido aún rivales difíciles, pero ha vencido a los mismos que, con muy poco, lo dejaron en ridículo en los primeros meses del año.
Así va la ‘U’, paso a paso, pero mejorando. Dije semanas atrás que el campeón estaba de vuelta. Negarlo es absurdo. Entre lo que muestra ahora y lo que veíamos en los albores del Torneo del Inca hay un abismo de diferencia, conseguido en base a trabajo y convencimiento. El equipo volvió a creer en una propuesta –la de Chemo- y en sí mismo. La preparación física ha sido notable y la incorporación de Edison Flores, fundamental. Sin extranjeros, pero apuntalados por la experiencia de Carvallo, Toñito y Rainer, la chibolada merengue juega con alegría, a un ritmo e intensidad que sin ser del primer mundo, marca diferencias en el fútbol casero. ¿A dónde puede llegar?
Pues una muestra de ello lo veremos este domingo ante Cristal. La irregularidad es, casi casi, una marca registrada en la celeste desde que Ahmed tomó sus riendas. Su juego ofensivo, algo mecanizado, no alcanza a convencer por sus errores en la definición y sus debilidades defensivas. Pese a ello, es un clásico y, como suele suceder, las diferencias futbolísticas se diluyen con el pitazo inicial.
El torneo aún está dando sus primeros pasos y los topes contra los otros cucos del torneo –Alianza, Garcilaso, las universidades, Aurich- aún esperan. Por lo pronto, la crema ha cumplido con su cometido: ganar a quien debía ganar, tarea que luce sencilla en el papel, pero que en el pasado reciente distaba de ser resuelta con facilidad. Los triunfos ayudan para afiatar los movimientos y fortalecer la confianza. ¿O cómo creen que llega la crema para enfrentar a Cristal? ¿Cómo hubiera llegado de haber mantenido la racha funesta de inicios de temporada?
Por lo pronto, el tridente de arriba entusiasma -Raúl, Canchita y Flores-, pero no funciona sin su solista mayor: el Orejas. Por el centro, fulmina con su gambeta y su visión para abrir huecos con el pase largo. Si se corre a los lados sufre. Lo suyo es recibir en tres cuartos, tocar y gambetear. A Gonzales le gusta juntarse con él porque tiene quién le devuelva las paredes, lo mismo la ‘Pulga’, vivísimo para capturar los rebotes.
Detrás, Rainer oxigena con su incansable ir y venir, y Toñito -hasta ahora muy mesurado-, mete la pierna y distribuye, no regala. ¿Tendrá la misma libertad con Cazulo respirándole encima?
El juego del campeón entusiasma, pero no disfraza su fragilidad. Flores no tiene reemplazo en el banco, tampoco asoma un sustituto con el mismo olfato de gol de Ruidíaz, ni la figura que le ponga candado a la defensa. La indisciplina de Chávez ha dejado a dejado a Dávila como dueño del carril derecho. ¿Y si se lesiona o es suspendido? ¿Aguantará el equipo hasta que se abra el libro de pases en agosto? Habrá que cruzar los dedos.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.
Recuerden que pueden seguirme en @tcrema, @orbisa 35 y en Facebook
Y, para calentar la semana, un recuerdito con todo cariño: