El Mundial que te estás perdiendo
Aunque se tuitea y retuitea como si fuera una novedad, no hay quién no sepa que nuestro campeonato local es uno de los peores de esta parte del mundo. Y en estos tiempos de Mundial, el apanado mediático es mayor. Sin embargo, hay también un ‘snobismo’ indisimulable en una buena porción de esta crítica, como si lo nuestro –solo por serlo- diera arcadas y no mereciera siquiera un vistazo, al menos para constatar cuánto nos falta para volver a pelotear en la élite.
Pues para aquellos que no miran el Apertura ni de reojo aquí les va una noticia: algunos partidos vale la pena mirarlos. Y no solo una, sino varias veces. Y no confundan esto con un acto de masoquismo o de vileza extrema (en particular si luego de una gambeta de Robben te topas con un quiebre de Olascuaga). Hay encuentros que nos muestran cuál es el camino que debemos recorrer si queremos salir del hoyo futbolístico. Uno de ellos es el último ‘U’-Cristal.
El 0-0 no refleja la intensidad del juego –inusual por estos lares- ni la cantidad de situaciones de gol que hubo en ambas porterías. No es mi intención menospreciar el gran trabajo de Penny, pero Carvallo, pese a una que otra salida en falso, se alzó como el mejor, sobre todo un atajadón a Calcaterra en el segundo tiempo que dejó el grito de gol atascado en las gargantas celestes.
El partido no dio tiempo para el respiro. La pelota iba y venía de un área a otra, con la mediacancha convertida en área de tránsito, a pesar de algunas fricciones. Lo mejor de la ‘U’ estuvo arriba. El tridente Ruidíaz, Gonzales y Flores funciona cada vez mejor porque presiona sin la pelota y es vertical –y pícaro- con ella. Los tres abren la cancha, triangulan, pelean, juegan sin pelota. Y con Rainer detrás, rompiendo líneas como en sus mejores tiempos, encuentran espacios donde no los hay. ¿Por qué no hubo goles? Problemas técnicos, apresuramiento, sobre todo de Ruidíaz, a quien el mismo desparpajo que le sobró para driblear le faltó al momento de definir.
Atrás hubo algunos problemas en los duelos individuales y para ganar pelotas en los rebotes. Pero no olvidemos que la defensa y la volante fueron inéditas: Andy Reátegui (19 años) sustituyó a Néstor Duarte y Giordano Mendoza (20 años) a Toñito Gonzales. ¿Alguien decía que Chemo no se la jugaba por los jóvenes?
Puede sonar extraño, pero si bien hubiese preferido el triunfo, el partido me dejó un muy buen sabor la manera cómo se jugó. No más el fútbol pausado, aburrido y anacrónico propio de estas tierras. Esta ‘U’ corre con y sin pelota. La busca y, cuando la tiene, le planta la cara a quien tenga al frente. Es un equipo audaz que, a pesar de sus limitaciones conocidas, pretender ser distinto y eso será siempre bueno en un medio con un fútbol tan avejentado como el nuestro.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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