Más que un Clásico: un partido bisagra
La ‘U’ se fortalece anímica y futbolísticamente con el retorno de Ruidíaz, pero las ausencias de Flores y Canchita –sobre todo del primero-, constituyen un hándicap difícil de superar en un partido de la importancia del Clásico.
Y este no es un Clásico cualquiera. Si se quiere aspirar al título, hay que ganarlo sí o sí. Un triunfo supondría meterle presión a los de arriba, a la espera de un tropezón para ponerse al frente. Una derrota sería empezar a depender de otros resultados y no solo de uno o dos equipos. Es un partido bisagra. Es el todo o nada.
Si lo vemos con frialdad, a pesar de la amargura, en Arequipa se consiguió un puntazo. Con un plantel disminuido, la crema fue disciplinada en lo táctico y mostró agresividad con la pelota y sin ella. Así neutralizó -léase sorprendió- a un Melgar desconcertado y solo perdió los dos puntos por un error en el que, no me caben dudas, el sol, el cansancio y la altura tuvieron que ver.
Pero el campeón tuvo poco juego. Apostó por la salida rápida por las bandas, sin mayor elaboración. Rainer estuvo impreciso en el medio y las pocas ocasiones que se crearon fueron, sobre todo, de contra, con balonazos rápidos en busca de los costados.
Alianza es un equipo duro, sin brillos, aunque efectivo. Para quitar la pelota asfixia, corta los espacios, y con ella trata de salir rápido, sea por las puntas o por el medio, gracias a que ha encontrado en Cueva un jugador hábil con la pelota en movimiento. El ex San Martín no es Maradona, pero es tan pobre el medio local que los jugadores con buena técnica no necesitan mucho para destacar.
Ante rivales de este tipo, la habilidad hace la diferencia. Sin Flores ni Canchita, probablemente veamos un partido parecido al jugado en Arequipa, más peleado que jugado, con Gómez y Miguel tratando de hacer daño por las bandas y Raúl buscando arreglárselas en el área. Detrás de ellos, la única alternativa de pase limpio es Rainer. Lo demás será pelear, pelear y pelear.
¿Ventajas? La ausencia de Guevgueozián. Para un equipo como el merengue que sufre con los centros, una ‘torre’ menos que marcar es un alivio. A su sustituto, Montes, le gusta ir al choque y suple su escasa técnica con su oportunismo. No obstante, tiene poco gol. Pese a esto, confiarse sería un error craso.
Un equipo que juega bien siempre tiene más posibilidades de ganar y Universitario, hasta el momento, está muy lejos de ello. Pero esto es fútbol y, sobre todo, un Clásico, así que cualquier cosa que se escriba o diga se desvanecerá en cuanto Garay dé el pitazo inicial. En ese momento se empezará a escribir la verdadera historia.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.