Suárez y la tarea de entrenar a un zombi
Luis Fernando Suárez va a tener que hacer un curso acelerado de resucitación. Aunque no fue zarandeada como ocurrió con Alianza Atlético en Piura, la ‘U’ mostró su peor cara en Cajamarca: fue un equipo resignado, sin rebeldía, con el corazón repleto de cubitos de hielo.
Por lo pronto, el colombiano va a tener que empezar con el ABC del fútbol, es decir, procurar que sus nuevos dirigidos aprendan a entregar el balón a otro que lleve el mismo color de camiseta. Luego, enseñarle a los centrales que marcar no es sinónimo de mirar, que en los centros es necesario saltar y llegar al balón antes del rival. Finalmente, que para ganar los partidos se necesita meter más goles que el contrincante de turno, ergo, es imprescindible patear la pelota al arco contrario.
Asimismo, va a tener que decirle a Canchita que si alguna vez quiere jugar fútbol de primer nivel, necesita desprenderse del balón con rapidez; convencer a Flores que un amague por partido no basta para volver a encontrar sitio en una liga europea, trabajar con Guti para que le baje el ritmo a su ansiedad y exigirle a Ampuero que lo suyo es la simple, no las florituras, que evite fabricarse problemas.
También abrocharse bien el cinturón y hacer que su mano se sienta desde el inicio, así sea a costa de algunas miradas de reojo en el plantel o en la dirigencia. Tres preguntas para empezar: ¿Además de su pasaporte colombiano, Braynner García ha mostrado argumentos para ganarse un puesto en la zaga central?, ¿Raúl Fernández da más seguridad que José Carvallo?, ¿Toñito Gonzales tiene que ser el volante de salida del equipo?
Suárez puede -y debe- hacer y deshacer con el equipo. Cambiarle la cara a esta versión zombi de Universitario va a ser duro. Habrá que tener un poco de paciencia.