Suárez, la entrevista
A través de CMD, Luis Fernando Suárez dio su primera entrevista importante a un medio peruano desde que asumió la dirección técnica de Universitario de Deportes. En la charla dejó algunos conceptos, acaso demasiado evidentes para el aficionado común, pero importantes porque no suelen escucharse de boca de un entrenador recién llegado, que por lo general suele optar por el cliché políticamente correcto para evitarse problemas.
El colombiano fue claro. Dijo que encontró un equipo “desequilibrado en defensa y ataque”, que no solo ha estado jugando mal, sino que no ha sabido correr la cancha.
“Hay que empezar desde lo básico: que no nos hagan goles, y a Universitario le han hecho goles con mucha facilidad”, señaló. Apostar por el cero en la propia valla y luego intentar vulnerar la contraria es su prioridad en estos momentos. Para ello, su labor de convencimiento es fundamental. En ese sentido, no descartó la posibilidad de jugar con dos volantes centrales.
¿Cómo jugará la ‘U’? En principio, quiere un equipo corto y que los jugadores tengan claro de que “en todo momento deben estar defendiendo o atacando, no descansando”.
Ante la imposibilidad de incorporar refuerzos, dijo que buscará explorar la capacidad de los futbolistas que tiene a mano. No dio luces sobre quién será el dueño del arco en el inicio del Apertura.
En el aspecto disciplinario, indicó que siempre pide compromiso, el cual no debe terminarse con el final de la práctica. “El jugador debe tratar de ser el mejor siempre”.
La impresión que me deja Suárez es la misma que tenía antes de que tomó el cargo: un tipo serio. Llega a un equipo grande venido a menos, repleto de problemas internos y externos, con una hinchada dividida, pero expectante. ¿Qué debe hacer? Convencer. Y esa es la tarea más difícil. Por más que a los jugadores no les guste perder, sacar a algunos de su zona de confort es una tarea complicada, que puede provocar reacciones destempladas. El colombiano debe armar el equipo como le parezca. Y si tiene que prescindir de algún jugador, que lo haga, sea consagrado, joven o extranjero.
Pero su primera medida deberia ser devolverle el arco a su verdadero dueño: José Carvallo.