Universitario y las preguntas de los 175 millones
175 millones de dólares, unos 586 millones de soles. Con ese dinero podría duplicarse el presupuesto anual del Vaso de Leche o aumentar en un 25% el programa Cuna Más.
Es la suma en que está valorizado Flamengo, el noveno club más valioso de Latinoamérica según la revista “Forbes”.
Es un poquito menos de lo que ha recaudado “Bohemian Rapsody” en Estados Unidos y Canadá, uno de los bombazos cinematográficos del 2018.
Equivale también -dólares más, dólares menos- a 17 años de ingresos del club.
Esa montaña de dinero es el tamaño de la deuda concursal que tendrá Universitario en el 2020, año en que los proyectos planteados para Campo Mar y el Lolo Fernández deberán empezar a funcionar con el fin de amortizarla.
La cifra, revelada por el administrador del club Carlos Moreno, es mucho más importante que la renovación de Germán Denis, las conversaciones por Canchita, la vuelta de José Carvallo o que el club haya sido el más taquillero del año pasado.
¿Cómo pagar todo eso?
Moreno ha reafirmado que la idea es entregar en concesión Campo Mar y el Lolo Fernández por los próximos 35 años y con la renta que se genere pagar. En el caso de Campo Mar, el reciente cambio de zonificación del terreno aprobado por la Municipalidad de Lima permite desarrollar actividades comerciales. Una parte de la superficie será reservada para que continúe siendo sede del club.
En el caso del Lolo, no existe ninguna obligación con el Estado como muchas veces se señaló, así que puede disponerse del mismo libremente.
¿Y la liquidación? En teoría, a Gremco no le conviene activar esa posibilidad. Si lo hiciera, los activos se venderían a precio vil y como existe una cola de acreedores señalada por la ley concursal, cobraría poco o nada de lo que afirma se le debe. Entre ello y explotar comercialmente Campo Mar y el Lolo, parece obvio que la segunda opción es la que más le conviene.
Pero el problema con Gremco sigue siendo el mismo: confianza. ¿Algún hincha, socio o incluso acreedor menor confía en esta empresa? El deterioro de su imagen es un lastre difícil de superar, entre otras razones, porque no ha dado muestras de tener el mínimo interés por el club, más allá de recuperar su dinero.
Esta situación se ha visto acentuada por el poco profesionalismo mostrado por la administración impuesta por la Junta de Acreedores. Esto derivó en diversas sanciones que pusieron a Universitario al borde del descenso durante la temporada que acaba de terminar.
Este 2019 es crucial. Para empezar a pagar la deuda, los proyectos comerciales tienen que concretarse. El sur de Lima está considerado como área de crecimiento de la ciudad y los alrededores de Campo Mar están poblados por una serie de emprendimientos de diversa índole. Hay fábricas, outlets, bungalús y hasta un cementerio. En este contexto, encontrar interesados no parece tarea difícil. ¿Pero realmente los habrá? ¿Querrán hacer negocios con una empresa ligada a un club cuyos hinchas la detestan?
Al firmar su renovación, Germán Denis dejó en claro el objetivo deportivo en el 2019: ir por la estrella 27. ¿Pero saben qué me haría más feliz? Que el club resuelva sus problemas institucionales. Eso es más importante que volver a gritar que somos campeones otra vez.