Dos Santos, el rey del área chica
En ese rectángulo pequeñito donde se quedan clavados los malos arqueros, Jonathan dos Santos reina. El área chica es el país donde vive, respira y grita. También ríe. Muchísimo. Y con él ríe el hincha de Universitario, que en cada partido sigue atento cada uno de sus movimientos. Lo ve aguantar a los centrales, hombrearlos, enfrentarlos con cara de bulldog y abrirse paso guerreando, sin bajar la cabeza.
El uruguayo es un 9 a la antigua: un pescador con el anzuelo afilado, dueño de un olfato infalible que aparece como un fantasma para poner el piecito junto a la línea o meter el frentazo romperredes. Por eso la gente lo busca desde que el árbitro da su primer pitazo. Por eso Goyo puso su nombre en la lista de refuerzos cuando le preguntaron si quería dirigir Universitario. Hay que tener sabiduría para acertar con los refuerzos y Pérez, cuyo kilometraje futbolístico nadie puede discutir, no falló: Alonso para cuidar la cueva, Urruti para abrir la cancha y Dos Santos para clavarla adentro.
Es tan fuerte el idilio de Dos Santos con la pelota, que ayer, luego de una jugada que parecía perdida por la trampa del offside piurana, se quedó merodeando su reino acomodándose el calzado. Millán, inteligentísimo, levantó la mirada e imaginó cómo podía terminar la jugada: habilitó a Hohberg para que se escurra por la izquierda y metió un globito largo sobre la defensa norteña. Alejandro, que piensa muy rápido, corrió unos metros y metió el centro a la bomba, fuerte, sabiendo que Jonathan no iba a faltar a la cita. Y así fue. Como antes lo hicieron Czornomaz, el Checho y tantos otros 9, el yorugua metió el botín para que el hincha crema desde sus casas vuelva a morir de gol.
La ‘U’ de Comizzo, puntera holgada de este torneo de tribunas desnudas, no impresiona por sus brillos. Es, antes que nada, un equipo solidario, que busca con voracidad la pelota ahogando a su contrincante en cancha contraria. Y cuando la tiene, trata de rotarla y abrirse paso por los laterales. No tiene mucha movilidad en el último tercio, por eso sufre ante equipos que se cierran, pero posee desequilibrio (Hohberg, Quintero), un pie que aparece y desaparece (Millán), un todoterreno intratable (Alfageme), la mejor dupla de centrales del torneo (Alonso-Quina), dos marcapuntas con gol (Corzo y Santillán) y un golero confiable (Carvallo). No, no es el Bayern de Flick. Pero con lo que tiene le basta para gobernar el torneo con el peso de su plantel.
¿Está para campeón? Tiene con qué, pero aún resta mucho para saberlo a pesar de su ventaja en la tabla. Aunque con un goleador como Dos Santos, le sobra para hacer diferencias.