Universitario: la clave es la transparencia
Cada año, cuando los clubes inician sus pretemporadas, la ilusión renace en el hincha. Discuten, reniegan, se insultan, se bulean pero, por encima de todo, se ilusionan. Un fichaje fulgurante, una declaración feliz, un anuncio inesperado encienden el amor atenuado tras el final de la campaña anterior y la ansiedad se dispara. Todos queremos que las semanas se diluyan, los días duren menos, las horas se transformen en segundos para que la fecha de reencuentro llegue con rapidez.
El 8 de enero está marcado con un plumón grueso en el calendario de todos los hinchas de Universitario. El rival no importa. Lo que nos acelera los corazones es la oportunidad de ver a la crema nuevamente sobre el verde. Unos cuantos miles tendrán el privilegio de hacerlo desde la tribuna, como no ocurre desde hace casi dos años. El resto lo haremos por televisión o por las redes. De lo que no hay duda es que el sueño por la 27 volverá a inflamarse esa bendita noche en el Monumental.
Es imposible negar el buen trabajo que, en general, está realizando la administración del club. Hace un par de días se concretó la incorporación de Manuel Barreto para que se encargue de la jefatura de la Unidad Técnica de Menores. Esta decisión, como he señalado en varias oportunidades, me parece que ha sido el mayor acierto de la dirigencia desde que se acordó el regreso de Gregorio Pérez.
Las contrataciones no han deslumbrado; sin embargo, parecen encontrarse dentro de los márgenes razonables de un presupuesto ajeno a las locuras. Si bien en el 2022 se reabrirán las tribunas, el aforo seguirá siendo limitado y nada asegura que, eventualmente, se reduzca o se vuelva a jugar a puertas cerradas. Ómicrón es altamente infecciosa y aunque parece provocar una enfermedad menos grave, la posibilidad de que nuestro precario sistema de salud sea sobrepasado es enorme. Sin gente en las tribunas, los ingresos previstos caerán sensiblemente.
Pero así como el hincha se ilusiona, el desencanto también fluye con rapidez. La relativa tranquilidad con que ha trabajado la administración se debe a la imagen de dedicación y confianza que proyecta. No hay ruido ni escándalos. Contar con un técnico respetado, un plantel sin fisuras disciplinarias y haber despejado con buen timing los nubarrones que aparecieron súbitamente(el supuesto interés por Yuriel Celi o la vuelta de Juan Vargas) solidifican ese aval. La ‘U’, después de mucho tiempo, empieza la temporada navegando sobre aguas mansas.
Mal haríamos, sin embargo, en pensar que esta calma puede ser eterna. El club sigue caminando sobre una cornisa delgadísima y agrietada, sometido a presiones de origen conocido. El dinero en juego es enorme y los perdedores de hoy harán lo imposible por recuperar las mieles del pasado.
Esta situación tampoco hace inmune de críticas a la administración actual. Y aquí los hinchas debemos tener presente que apoyo no significa sumisión ni carta blanca. La experiencia nos ha enseñado que detrás de muchos de los que gritan su amor por el club, hay intereses más cercanos a la billetera que al corazón. Descalificar cualquier cuestionamiento porque viene “de los enemigos de la ‘U’” es absurdo. Toda crítica sobre el manejo de la institución, toda relación con personajes controvertidos debe ser respondida con claridad, sin dejar espacio para la duda.
La clave para que Universitario vuelva a ser una institución grande y respetada es la transparencia.
Un enorme paso en ese camino es aclarar la denuncia que hiciera la futbolista Cindy Novoa sobre su salida del plantel el año pasado. No se trata de que los hechos que señala hayan ocurrido bajo otra administración: pasaron en Universitario y eso no podemos permitirlo.
Por eso decepciona que al momento de escribir estas líneas no haya habido un pronunciamiento institucional sobre el caso. “En ese instante teníamos un entrenador pervertido de menores”, ha escrito Cindy en su cuenta de twitter. Esto es inadmisible, requiere una investigación exhaustiva que determine responsabilidades y permita brindar apoyo a las posibles víctimas.
La grandeza de un club no solo la construyen los resultados deportivos, sino también su respeto por las personas.
Que en el 2022 haya salud y trabajo para todos.