Fue ayer y sí me acuerdo
Eran tiempos más tranquilos. Menos veloces, donde los presupuestos no eran insultantemente millonarios y con historias simples pero encantadoras. Cuando era niño había series algo diferentes a las de hoy. Con eso no quiero decir que eran mejores o peores. Solo distintas.
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Claro, eran épocas en las que la televisión local era el único menú del día. Me conformaba (aunque no lo sabía) con series ya finalizadas o con temporadas incompletas. Los capítulos repetidos eran naturalmente vistos y revistos una y otra y otra y otra vez.
Recuerdo con cariño a Vicky, de Mi pequeña Maravilla y el entusiasmo que despertó en mí ver que de prono abandonaba su clásico vestido rojiblanco para ponerse algo más juvenil y moderno. Era una serie que me encantaba y que podía ver sin cansancio.
También guarda un lugar especial en mi memoria El Súper Agente 86 porque, si bien era más antigua que el resto, era divertida y a la vez emocionante. Todos aquellos artilugios ultrasecretos y las misiones peligrosas hacían que me quede enganchadísimo.
Dos Perfectos Desconocidos también tenía un efecto hilarante en mí. Lo mismo me sucedía con Belvedere, Tres son Multitud, Full House. Y cómo olvidarme de Parker Lewis y su “¡sincronicemos relojes!” o de Doggie Houser. No me perdía tampoco a Mi bella genio, ALF y Hechizada.
Tuve preferencia también por las series que se ubicaban en las escuelas como Salvado por la Campana. (¡Ese Zack se agarró a todas!). Pero si hubo alguno que fue casi un tutorial de vida, una explicación del mundo a través de otros ojos, fue sin duda Los Años Maravillosos. Que gran serie, graciosa, emocionante, simple y compleja, con altibajos, con discusiones, con todo lo que significó una época importante para el protagonista. El despertar del amor, la consolidación de la amistad, los problemas en la familia, el dolor del desamor, la jungla que podía ser la preparatoria. Todo encajaba muy bien, nada forzado ni escandaloso. Era realmente buena.
Otras series que también ocupan zonas privilegiadas en mis recuerdos son las de acción pura y dura como Los Magníficos, Swat (de la que luego hicieron una película), NAM, entre otras. No puedo olvidarme de mencionar las series japonesas: Jiban y Liveman, que hicieron de mi un fanático de las luchas coreografiadas y los grandes robots ensamblables.
He hecho mi recuento de series que más recuerdo, pero sin duda, alguna o algunas deben habérseme pasado. ¿Para ustedes cuáles han sido las series que siempre recordarán?