Para crear sus obras, los artistas son capaces de trabajar con cualquier material y darle una nueva vida. La artista checa Verónika Richterová encontró en las botellas de plástico los elementos ideales para dejar volar su imaginación.
Ella lleva el reciclaje a un nivel más decorativo que de reutilización. Cortando, calentando y moldeando nuevamente botellas usadas puede diseñar flores, animales y lámparas. Si bien ella busca trabajar con estos objetos plásticos, también tiene una colección de más de 3 mil botellas de 76 países diferentes.
Sus esculturas son curiosas y hermosas piezas de colección que, al mismo tiempo, ayudan a mantener el planeta.