Montevideo (AP). Expulsado de la Copa del Mundo por morder a un oponente, Luis Suárez fue esperado en su natal Uruguay como todo un héroe. Sin embargo el vuelo privado que lo trajo de regreso sufrió un prolongado retraso y cuando por fin arribó, de madrugada y once horas después de lo anunciado originalmente, la multitud ya se había dispersado.
El goleador se retiró del Aeropuerto Internacional de Carrasco a eso de las 5 a.m. a través de una base contigua de la Fuerza Aérea, sin hacer declaraciones a la prensa.
Unas mil personas con banderas de Uruguay y carteles críticos hacia la FIFA se habían congregado desde la tarde del jueves en la zona del aeropuerto para darle su apoyo a Suárez, suspendido ese mismo día por cuatro meses por morder al italiano Giorgio Chiellini en la Copa del Mundo de Brasil.
Incluso el presidente uruguayo José Mujica estuvo en el aeropuerto para recibir al delantero, aunque luego abandonó el lugar ante el retraso del vuelo, dijo a la AP Diego Cánepa, prosecretario de la Presidencia.
Los fanáticos cantaban coros como "¡el que no salta es un inglés!" y portaban pancartas con el rostro de Suárez y leyendas denunciando la corrupción de la FIFA.
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