El periodista argentino Walter Saavedra escribió en alguna ocasión: "Decime viejo... ¿Cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te paraste bajo los tres palos a 12 pasos de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas?".
Los penales, particularmente cuando se está defeniendo una Copa del Mundo o la final de un torneo importante, puede ser algo muy angustiante.
Sobre todo para la persona que está en el arco que carga con toda la responsabilidad y las esperanzas de millones de hinchas.
Pero, ¿cómo es realmente esta prueba de fuego desde el punto de vista de los porteros?
Parar un penal en la Copa Mundial
El portero francés Jean-Luc Ettori fue el primero en parar un penal en una definición de la Copa del Mundo.
El guardameta del Mónaco se lanzó en plancha a su derecha para frenar el zapatazo de Uli Stielike, de Alemania Occidental, en la primera definición por penales de un Mundial, el de España 82.
Los primeros cinco tiros acabaron en la red. Pero, para desgracia del entonces defensa del Real Madrid, Stielike, el tiro que lanzó, tras una dubitativa carrerilla, se quedó a la derecha del arco rival en un tiro alto que salvó Ettori.
Stielike no pudo evitar las lágrimas.
Los ánimos cambiaron pronto pues el arquero alemán Schumacher salvó el siguiente penal, lanzado por el francés Didier Six.
Los tres siguientes acabaron en las redes hasta que reapareció Schumacher al rescate de Alemania en la muerte súbita y paró un tiro Maxime Bossi.
Finalmente, un tiro del delantero Horst Hrubesch le dio a Alemania Occidental el derecho de estar en la final de Madrid.
La victoria le otorgó a Stielike el indulto y ningún otro jugador alemán ha fallado un penal en la definición en penales de un Mundial desde entonces.
Sin embargo, los alemanes no fueron tan afortunados en aquella final que perdieron 3-1 frente a Italia.
'A veces en la vida, el tiempo se detiene'
El portero sueco Thomas Ravelli se convirtió en héroe nacional al salvar dos penales frente a Rumanía en Estados Unidos 1994.
Con el 2-1 en el tiempo extra, parecía que los suecos se quedaban fuera, pero un cabezazo de Kennet Andersson mandó el partido a los penales.
El arquero del Gothenburg Ravelli, en su debut internacional en las tandas de penales, le dio el partido a su equipo al frenar los disparos de Dan Petrescu y Miodrag Belodedici. ¿Cómo se sintió entonces?
'A veces en la vida, el tiempo se para. Se te olvidan los problemas del pasado y los que pueden venir en el futuro”, le dijo Ravelli a BBC Sport.
'Es un sentimiento parecido al de cuando una mujer tiene un hijo y el hombre está a su lado. Es una sensación increíblemente buena y uno de los momentos cumbre de mi carrera, sin duda”.
'Yo siempre tenía mucha confianza en los penales. Es el único momento en que, como portero, puedes ser un héroe. No hay presión sobre ti; toda la presión está en el tipo que lo lanza”.
'Ya han pasado 20 años y mucha gente aún quiere que le hable de ello. Es increíble. Mucha gente que no conozco viene y me dice dónde vieron aquella ronda de penales. Es algo enorme en Suecia”.
'Estoy orgulloso y agradecido de poder haber actuado tan bien como lo hice con aquella presión”.
Rozar los palos... o peor
Pero no siempre el trabajo es de los porteros.
De hecho de las 230 penas máximas tiradas en las definiciones por penales en Mundiales, en más de 20 ocasiones el balón ha acabado en los palos o fuera de la portería.
El excapitán de la selección francesa Michel Platini, que ahora dirige ente rector del fútbol europeo, la UEFA, fue uno de los mejores jugadores de su tiempo pero se convirtió en el primero en fallar un tiro de penal al lanzarlo por encima del palo.
Fue en un partido contra Brasil en 1986. Poco después del tiro de Platini, el defensa brasileño Julio Cesar fue el primero en lanzar un penal al poste.
Al final, Francia avanzó a semifinales, donde cayó frente a Alemania Occidental.
Otro francés, el delantero David Trezeguet dejó a Francia a milímetros de la gloria en la final de 2006, cuando el segundo penal de la tanda definitoria que él lanzó besó el larguero de Gianluigi Buffon, que vio cómo el balón salía de su portería.
Su falló acabó siendo crucial y finalmente fue Italia quien levantó el trofeo en Berlín.
Pero quizás el fallo más significativo llegó en la final de Estados Unidos 1994 cuando Roberto Baggio, que había guiado a la azzurra a la final con cinco goles, lanzó su penal al cielo ante 94.000 espectadores en Pasadena, lo que permitió a Brasil levantar su cuarto trofeo mundial.
Lanzarse o quedarse quieto
Según las estadísticas, los porteros salvan aproximadamente uno de cada cinco tiros de penal. Pero, ¿qué debe hacer el portero: lanzarse o aguantar quieto en el centro del arco?
Permanecer impasible requiere que los arqueros tengan nervios de acero. De hecho, sólo ha sucedido seis veces en la historia de los Mundiales. Y no ha funcionado.
El excapitán de la selección inglesa Gary Lineker debatió el tema con el portero Peter Shilton en el Mundial de 1990.
“Vimos tandas de penaltis y en cada una podías prácticamente garantizar que dos serían lanzados directamente al portero. Si el arquero esperaba, era probable que salvara al menos dos. Peter lo hizo, pero balones de los alemanes entraron por las esquinas. ¡Fue mi culpa!”.
En el Mundial de Brasil de este año, cuatro partidos se definieron por penales. Argentina llegó a la final gracias a que su portero, Sergio Romero, tapó dos tiros.
La proeza recordó la de Sergio Goycochea hace 24 años en el Mundial de Italia 1990, también frente a Alemania.
Precisamente Goycochea ostenta junto al alemán Harald Schumacher el record de paradas de penales en Copas del Mundo, con cuatro cada uno.
Y el que más penas máximas ha salvado en una sola ronda es el portugués Ricardo, que paró los tiros de Steven Gerrard, Frank Lampard y Jamie Carragher y acabó con las esperanzas inglesas en Alemania 2006.