“A nosotros el punto nos sabe a poco”, explicaba José del Solar, el técnico de Sporting Cristal, tras empatar 1-1 ante Santos de Brasil. El debut de los rimenses en la Copa Libertadores pudo terminar en festejo y Chemo lo sabe, por eso quedó inconforme con el resultado. ¿Pero qué le faltó al cuadro celeste para quedarse con el triunfo?
Cristal tuvo un inicio arrollador. En el Nacional los hinchas comenzaban a ilusionarse porque en los primeros 30 minutos dominaron a un cuadro que venía como favorito. La intensidad para atacar y recuperar el balón es la nueva patente de la versión celeste 2017. Hasta los comentaristas de Fox se dejaban seducir por el juego de los rimenses.
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El cuadro celeste tenía la fórmula para ejercer su condición de local. Tenía la posesión del balón, atacaba por las bandas y por el medio con velocidad, en bloque, y cuando perdía la pelota, presionaba al instante para recuperarla. Así de dinámico y explosivo era el once de Chemo.
Esa máquina se fue apagando en el tramo final del primer tiempo, donde Cristal reculó para tomar aire y guardar piernas gracias al 1-0 de Cazulo. Ello permitió que el ‘Peixe’ ganara el protagonismo en los pies de Lucas Lima, quien tuvo más espacios para realizar su juego creativo en el mediocampo. Ahí Santos tomó la batuta del partido.
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La idea de juego de Del Solar es muy ambiciosa, por ello a su equipo le cuesta mantener ese ritmo. Ante Melgar, en Arequipa, le pasó lo mismo. Fueron una máquina en la primera media hora –anotaron dos goles–, luego se desinflaron y los arequipeños empataron el encuentro. Físicamente aún no están listos para mantener esa agresividad.
“Nos faltó mantener el ritmo en el segundo tiempo y eso nos costó el partido”, explicó el lateral Jair Céspedes.
—Ataque y defensa—
Otro punto para ponerle énfasis es el bendito problema defensivo. Esta temporada llegó Mauricio Viana y dio seguridad en el arco, pero las manos del chileno no bastan, todavía sigue el déficit en la línea defensiva. La dupla Cazulo-Garcés necesita más rodaje y comprensión. En el 1-1 de Maia dejaron entre ambos un hueco de 20 metros que fue aprovechado por el brasileño que recibió sin marca al borde del área, debido a que Cristal dejó de presionar en el medio.
En ataque, la inclusión de Blackburn será vital para buscar una variante ofensiva que no tenía: el juego aéreo. Dos centros al área casi terminaron en el tanto del panameño, quien sabe desmarcase en el área y sirve de pívot.
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“Fue un partido de ida y vuelta, pero no supimos aprovechar las oportunidades que tuvimos”, comentó Cristian Ortiz, dando en el blanco en otro aspecto negativo del equipo: no concreta lo que genera y en la Copa eso no se perdona.
—Deuda pendiente—
La última vez que Cristal pasó a los octavos de final de la Copa Libertadores fue en el 2004. En esa campaña se hicieron fuertes de local porque ganaron sus tres partidos y rescataron un punto fuera de casa. Desde entonces disputaron ocho ediciones de este torneo internacional y no pudieron superar la fase de grupos.
Este año arrancó con un empate, pero el Cristal de Chemo ya tiene aprendido lo más difícil: identidad de juego. Ahora le falta sostener la agresividad que propone en los 90 minutos.
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