Gustavo Dulanto eligió a un equipo con el nombre de Sheriff para capturar todos sus sueños. El defensor peruano es nuestro personaje futbolístico de la semana luego de su arranque triunfal en la Champions League. Su nombre fue tendencia en redes sociales durante tres días y él mismo ha convertido sus cuentas de Twitter e Instagram en un carnaval de emociones continuas. Dulanto ha decidido vivir sus tardes de gloria como un reality personal y nadie puede decirle nada. Se ha ganado cada minuto festivo en sus historias por haber superado la valla de lo inalcanzable.
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El Sheriff Tiraspol se puso la estrella en el pecho para ganarle al Shakhtar y para derrumbar todas las casas de apuestas con su victoria a domicilio frente al Real Madrid. Puntaje perfecto para un club que tuvo que pasar todas las escalas previas antes de disputar esta frase de grupos. Y Gustavo Dulanto fue titular en cada uno de estos pasos, incluso acabó como capitán en varios de estos encuentros.
El zaguero nacional está a doce mil kilómetros del Perú, pero siempre se las ha arreglado para enviarnos un mensaje: quiere que todos sus compatriotas celebremos orgullosos con él. Con solo ese gesto, Dulanto Sanguinetti nos confirmó su madurez y humildad. Se fue en silencio del país, con más golpes que halagos y, a pesar de eso, nos invita permanentemente a su fiesta.
Para explicar el éxito de este defensor en la Champions, hay que reconocer dos requisitos fundamentales: Dulanto tomó buenas decisiones deportivas y tuvo rebeldía para no dejarse ganar por la adversidad. Eligió el camino más difícil y hoy aterriza en el lugar donde siempre quiso estar.
Si Dulanto quiere grabar videos en sus redes, que lo haga. Si tiene ánimos de declarar sus sueños de selección, nadie puede prohibírselo. Su euforia es comprensible. Ahora le toca un reto mayor: el sostenerse en esa etapa estelar, en medio de tanta competitividad.
No es exageración decir que tenemos a un futbolista peruano en esas historias que parecen irrepetibles. Aquí nos hemos cansado de hacer alusión a la gesta del Sheriff, sin embargo, la noticia ha sido de impacto internacional. Que Real Madrid pierda con un debutante en la Champions fue un sismo deportivo de elevada escala. El epicentro fue el remodelado Santiago Bernabéu.
En el 2019, Dulanto tuvo que resistir la crítica luego de un desafortunado resbalón en el partido entre Real Garcilaso y La Guaira. Casi nadie lo defendió, la crueldad de las redes sociales no tuvo piedad con el central. Sin quejarse, sin pelearse con nadie, el zaguero entendió que convertirse en un hombre de lejanías, podía ser la mejor terapia para reencontrarse.
Desde el Boavista de Portugal, comenzaron a asomarse las primeras noticias de Dulanto. Muchas veces titular y hasta anotando dos goles en la primera división lusa. “Al final terminé entrenando fuera del primer equipo”, le respondió Dulanto a la televisión española. Ni se desanimó, ni perdió el foco, mucho menos compró boletos para volver a Lima. Todo lo contrario: ancló a Tiraspol, se alejó dos mil kilómetros más.
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“No sé si estaré en el llamado de noviembre, pero sé que ese día llegará”, le dijo a Dulanto al periodista Wilmer Robles. Ricardo Gareca lo conoce bastante bien, porque lo convocó en su primer año como técnico de Perú. Mientras tanto, que Dulanto se exprese y que festeje. Los que no frenamos a los que crearon virales y memes en el 2019, hoy solo tenemos derecho a aplaudir con respeto cada vez que saque la bandera peruana en un partido de Champions. No podemos exigirle nada.
Que si Gareca puede estar contento o no con alguien que declare tanto, es lo último que tendríamos que advertirle a Dulanto. Una Navidad del 2020, en una canchita de Mangomarca, se soñó estando en el Bernabéu y esta semana no solo fue un turista. Llegó, vio y venció. A nadie debe afectarle que grite cada una de sus alegrías. Dulanto no es un figuretti, es solo un hombre que ha tirado al abismo todas las mochilas que tanto le pesaban. El Sheriff de Tiraspol pertenece a Transnistria, esa república europea autoproclamada, ubicada en la frontera entre Moldavia y Ucrania. Dulanto es un fiel representante de este club. Él tampoco conoce sus límites.
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