Redacción EC

Me asegura que no se considera un ejemplo, pero en todos los campamentos del no hay personas que no se acerque, lo salude y lo felicite. Lo hace Carlos Sainz, Peterhansel y cuanto ser humano que valora y aplaude su esfuerzo. Albert Llovera corre el Dakar y lo hace al límite, no los de la carrera, sino los que su cuerpo paralizado le presentan.

“Tengo bien el 36% del cuerpo, pero tengo claro que la silla de ruedas la llevo debajo del culo y no en la cabeza”. Cruda y dura frase, pero que Albert declara entre una gran sonrisa.

Llovera sufrió un accidente mientras esquiaba en un campeonato europeo representando a Andorra. Fue en 1985 y desde ahí ha tenido que inventarse una nueva vida para seguir. “Busco disfrutar la vida e intentar hacer las cosas lo mejor posible. A veces me la complico, como venir al Dakar, por ejemplo. No solo por la carrera, sino por la vida que se lleva acá en el biouvac”, asegura.

Claro, para conducir, su buggy ha sido adaptado para que todo sea controlado con sus manos. Como si manejara una moto, lleva el potente coche y marcha en el puesto 42 de la general de autos.

Mientras, para trasladarse dentro de los campamentos, necesita de una silla de ruedas que sujeta a una especia de bicicleta electrónica que lo hace avanzar. Cerca de él siempre debe haber alguien que esté para alguna ayuda que requiera.

Pese a su discapacidad, Albert Llovera se ha coronado en varios campeonatos en España, desde que compitió en cuatrimotos en 1988 hasta su más reciente éxito en campeón de España de Rallys de tierra en el 2012.

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