Marco Quilca León

A las 3:50 de la tarde de un 12 de agosto la medalla olímpica regresó a suelo peruano. Lo recibe un invierno que se calienta con la euforia de la gente y la alegría de un país que ve cómo pasaron 32 años y tres días para que el brillo de una presea ilumine el territorio nacional cuando Stefano Peschiera la levanta para que todos puedan verla y hacerse dueña de ella.