El anuncio de que las cadenas de farmacias Mifarma e Inkafarma hayan comenzado a comercializar cannabis medicinal –en 24 locales de Lima– marca un gran paso para el acceso a este producto terapéutico en el país. Hasta la semana pasada, solo podía encontrarse en la farmacia de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) y, desde hace cinco meses, en la Farmacia Universal, de la mano de Khiron Life Sciences.
“Vimos una alianza necesaria con Inkafarma y Mifarma, que tienen el 75% de ‘market share’ del país, para llegar a la mayor cantidad posible de clientes (pacientes)”, sostiene Curt Schwarz, CEO de Anden Naturals, firma especializada en cannabis.
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Solo en la Digemid hay más de 10 mil pacientes inscritos que ven en el cannabis la solución o el complemento para tratar sus dolencias. No obstante, la demanda real sería mucho mayor.
“Estimamos que en todo el país hay más o menos 3 millones de pacientes que sufren de dolor crónico: epilepsia refractaria, quimioterapias, depresión, que son condiciones que necesitan del cannabis medicinal”, sostiene Álvaro Torres, CEO de Khiron Life Sciences.
Sucede que si bien muchos pacientes que lo buscan activamente, hay muchos otros que tienen condiciones que pueden ser tratadas con estas formulaciones que no lo tienen en el mapa, como resalta Ignacio Sotomayor, CEO de la clínica especializada Q2 (que acaba de abrir en la capital).
No solo hablamos del dolor crónico, anota Tony Salas, presidente de la consultora ACM: “El cannabis ayuda a atenuar los síntomas de migraña y tratamientos de salud mental como depresión, ansiedad, estrés, tan frecuentes ahora por la pandemia”. La dosis que debe tomar cada paciente, por supuesto, varía de acuerdo a la dolencia y debe ser prescrita por un médico.
Por estos días, todavía la mayor cantidad de pacientes registrados en Digemid y médicos prescriptores están en Lima, comenta José Mariano de la Peña, director de desarrollo y estrategia de InRetail Pharma, pero conforme se vea una mayor demanda en provincias, la intención es vender el cannabis en sus farmacias del interior.
Tras dos años de aprobarse el reglamento de la ley que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis y derivados, ¿cuánto se ha avanzado? Para Felipe del Águila, abogado experto en el tema del estudio García Sayán, si bien ya está la regulación lista a nivel macro, lo que falta son algunos reglamentos específicos para desarrollar la industria y brindar un real acceso al producto. En la práctica, las empresas recién están registrando sus productos para la venta, pero no se ha avanzado casi nada en producción.
“El objetivo de la ley (aprobada en el 2017) era dar acceso al cannabis, pero aún es muy limitado. Esto se ha visto un poco frenado por la pandemia”, explica.
En tanto, para Salas, de la consultora en agronegocios ACM, la distribución y la venta ha avanzado bien, pero si hubiera producción en el Perú los precios bajarían y sería más eficiente.
Según Digemid, se han otorgado 32 licencias de droguerías y laboratorios para importar y comercializar cannabis medicinal y a 37 farmacias cuentan con licencia para venderlo.
Producción y variedad
Hasta el momento, Digemid ha aprobado 10 productos a base de cannabis medicinal, cuenta Salas, de la consultora ACM, y más de 25 productos en espera de la aprobación de su registro sanitario.
Anden Naturals tiene en proceso de registro a Endo 100, cápsulas blandas (EndoCaps) y tabletas masticables (EndoTabs) con distintas concentraciones de CBD o cannabidiol. Y también preparados de entre 5% y 20% de CBD, que esperan sean aprobados a mediados del 2021.
Khiron se encuentra en la misma situación, pero no dio detalles de los productos que están en lista de espera.
Mientras vayan saliendo más productos y laboratorios, iremos incorporando más productos a nuestro portafolio, el cual debería ser más amplio, agrega de la Peña, de InRetail Pharma.
Pero aún no estamos aprovechando todo lo que faculta el reglamento, apunta el Dr. Max Alzamora, presidente de la Asociación Peruana de Cannabinoide. Lo dice por dos aspectos: el poco acceso al THC (para dolencias crónicas), componente psicotrópico de la planta del cannabis, y la ausencia de producción en el país.
No existe ningún impedimento legal a este cannabinoide. “La razón por la cual no se expende cannabis medicinal rico en THC (1% o más) es porque está más regulado que el CBD y porque es difícil traerlo al Perú”, explica el médico. La única distinción que hay entre el CBD y THC, es que el primero requiere una receta simple del médico y el segundo demanda una receta controlada, como la que se emplea para la morfina.
“Falta que los organismos sean más proactivos. Esto sería mucho más fácil si las licencias de producción y cultivo local estuvieran dadas”, sostiene.
En efecto, Digemid confirma que aún no ha aprobado ninguna licencia de producción, pero hay varias las empresas en dar ese paso. La que está más adelantada en la fila, cuenta Salas, es Cann Farm, que busca su licencia de producción con campo.
“Ya tiene la finca, el laboratorio, los permisos, los planes agrícolas e importación de semillas, todo, falta la aprobación de Digemid”, explica.
Anden, por su parte, está en plena construcción de su laboratorio en Lurín, requisito indispensable para la licencia. El objetivo es que esté terminado a mediados de este 2021 y empiece a producir a fin de año.
El ejecutivo detalla que la planta estará en capacidad de producir hasta 100 mil kilos de flor por año, lo que permitirá tener alrededor de 100 litros de fórmulas magistrales y 2 kilos de extracto de CBD al 80%. Asegura que el clima del Perú y los precios de producción permitirán tener hasta tres cosechas por año, con lo que a futuro los precios de sus preparados podrían bajar hasta en 20%.
Salas va más allá y estima que con producción local los precios podrían reducirse, incluso, a la mitad.
“Si bien ya está la regulación lista a nivel macro, lo que falta son algunos reglamentos específicos para desarrollar la industria y brindar un real acceso al producto. En la práctica, las empresas recién están registrando sus productos para la venta, pero no se ha avanzado casi nada en producción”.
Por su parte, Khiron espera producir en un futuro en el país, como es parte de su estrategia, Por el momento, Torres comenta que seguirán desarrollando la demanda para luego hacer las inversiones. El mercado peruano está en auge, sostiene, por lo que el próximo año podrían estar hablando de una producción y cultivo en el país.
De acuerdo a la consultora ACM, la inversión para producir en el país bordea los US$400 mil en un año (cultivo, producción, empaques) con tres campañas y con un potencial de 7.500 plantas por hectárea cultivada. La rentabilidad de esta producción podría superar el US$1 millón en ventas.
Ya con producción en suelo peruano, Salas estima que en unos tres años el mercado podría mover inversiones, por lo menos, de US$100 millones de dólares en producción e importación, y un mayor acceso al producto.
“Es un proceso, el Perú se ha subido en este caballo, pero tenemos un jinete un poco lento”, apunta.
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