El fútbol peruano sin Ricardo Gareca: un proyecto en busca de líder

Tan importante como tener un proyecto es tener un líder a cargo. En el deporte como en cualquier otro sector, el liderazgo se ejerce de mejor manera cuando se tiene legitimidad. Esta se debe tener tanto dentro de su equipo, del gremio como de parte de la sociedad. No cabe duda de que la mayor fuente de legitimidad son los logros de los últimos años a nivel de la selección mayor masculina. Es por este, entre otros motivos, que Ricardo Gareca era el líder legítimo que el proyecto de la FPF requería.

“Confío en el talento del futbolista peruano” es una de las frases que mejor resume la convicción que tenía sobre su equipo. No solamente era una expresión para los medios sino la declaratoria de un principio que guiaría su actuar. “Confío que le podemos dar vuelta a esta situación” es otra de las frases que nos dejó en los momentos más difíciles. Esta es tal vez la mayor fuente de legitimidad hacia su equipo: respaldo en las buenas y en las malas.

En una reciente investigación en el curso que dicto sobre la continuidad de Gareca, entrevistamos a futbolistas profesionales, ex seleccionados nacionales, entrenadores y dirigentes. Hubo consenso en que Gareca debía seguir en el futbol peruano. Varios proponían que su rol no sea solo con la selección mayor, sino que se involucre con otros ámbitos del fútbol para replicar lo que se hizo en la selección mayor. También quedó claro que se había ganado la legitimidad del gremio.

Es más, en una encuesta de marzo de este año, la aceptación de Gareca por parte de la población era de 90% a nivel nacional. En un país en el que vivimos en una permanente crisis de confianza hacia nuestras autoridades, Gareca nos deja lecciones de cómo afrontar los momentos difíciles. Y también los felices. Siempre dando la cara y tomando decisiones que se traducen en resultados concretos.

El desafío de la gestión de la FPF es contar con un profesional que lidere la parte deportiva del proyecto que ha definido. No va a tener la legitimidad que tiene Gareca pero, al igual que él, tendrá el reto de ganársela con su actuar.