"El Congreso ha legislado sin esperar los resultados de un solo informe técnico para aprobar sus normas". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"El Congreso ha legislado sin esperar los resultados de un solo informe técnico para aprobar sus normas". (Ilustración: Giovanni Tazza)
Alek Brcic Bello

Una fotografía refleja el sentimiento en el la noche en que se aprobó, por insistencia, la ley que habilita el retiro del 25% de los . En ella, aparece el presidente del Parlamento, Manuel Merino, sujetando el documento firmado frente a voceros de diversas bancadas que celebran con los brazos en alto. Para la mayoría de legisladores, la norma fue un triunfo contra un sistema al que consideran abusivo: las AFP.

Si alguien creía que el propósito del Poder Legislativo era dar cierto alivio a los bolsillos de los aportantes afectados por la cuarentena, se equivocó. El Congreso ha encontrado una nueva obsesión en las AFP y los más de 25 proyectos de ley que piden cambios al sistema privado de pensiones, lo demuestran.

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No es tampoco que el Poder Legislativo quiera compartir esta fijación. El miércoles pasado, la Comisión de Economía del Congreso archivó el pedido del Ejecutivo para conformar una comisión multisectorial encargada de evaluar la reforma del sistema previsional. Y es que los congresistas quieren ser los únicos encargados de esta tarea (una opinión que comparte solo el 6% de la población, según la última encuesta de El Comercio-Ipsos).

Dada la importancia del asunto, al menos se esperaría que la reforma sea debatida a profundidad, pero ese tampoco será el caso. Según el presidente de la Comisión de Economía del Congreso, Anthony Novoa, se necesitan resultados inmediatos y seis meses de debate (como planteaba la propuesta del Ejecutivo) implicaría prolongar el tema demasiado tiempo. En sus palabras, si aprobar el retiro del 25% de los fondos no les tomó ni un mes, una reforma integral podría hacerse “en dos a tres meses”.

Con ello, esperar una discusión bien sustentada para la tan esperada reforma previsional debe ser descartado de raíz. Más aún si, hasta el momento, el Congreso ha legislado sin esperar los resultados de un solo informe técnico para aprobar sus normas.

¿Y qué plantearía entonces el Legislativo? Eso aún no queda claro, pero los proyectos de ley presentados a la fecha pueden dar más luces sobre lo que vendrá.

Así, incluso antes de que muchos parlamentarios conocieran sus oficinas, el partido Podemos presentó una propuesta legislativa para permitir que aquellas personas que tuvieran al menos tres años sin aportar puedan liberar el 100% de sus fondos. Además, congresistas de esta bancada apuntan a que se autorice que las AFP puedan comprar bonos emitidos por microfinancieras y a que las pérdidas sean compartidas entre las administradoras de fondos y los aportantes.

La misma idea comparte Acción Popular, aunque en ese partido no se ponen de acuerdo sobre las proporciones en las que deberían ser asumidas las pérdidas (una de las propuestas dice que sea a medias y otra que sea 60% las AFP y 40% los aportantes). Asimismo, en el partido de la lampa quieren que se permita la libre desafiliación y que un representante de los afiliados integre los directorios de las AFP. Incluso, una propuesta de esta bancada establece que los fondos privados de pensiones estén obligados a obtener una rentabilidad mínima anual (debajo de la cual las AFP no podrán cobrar una comisión).

Para la bancada de Unión por el Perú, lo que debería replantearse es la edad de jubilación. Un proyecto de ley presentado por integrantes de este grupo parlamentario sostiene que esta debería ser fijada en 60 años para los hombres y 55 años para las mujeres, tanto en el sistema público como en el privado.

El Frepap, por su parte, además de promover la jubilación anticipada, quiere que se establezca una comisión especial para revisar el decreto que creó el sistema privado de pensiones en primer lugar.

Y así como para las AFP, tantas otras iniciativas legislativas involucran también al sistema público de pensiones (para el que se ha propuesto, por ejemplo, que los afiliados puedan solicitar el 100% de sus aportes y reciban un bono extraordinario no menor de S/2.000).

Nadie duda que el sistema previsional pide una reforma a gritos, pero dejarla en manos de un Congreso populista y con un sentido de urgencia como el actual, puede terminar siendo un golpe mortal para las AFP. Sobre la base del cronograma propuesto por el jefe de la Comisión de Economía, nos enteraremos de eso antes de que llegue la primavera.

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