En el 2019, el precio de la harina de pescado por tonelada se redujo 5,7%, contrayéndose  de US$1.434/t a US$1.522/t en el 2018, según el BCRP. En el último trimestre del año pasado, la caída del precio fue de 13,5% respecto al anterior (US$1.508/t vs US$1.304/t).  (Ilustración: Giovanni Tazza)
En el 2019, el precio de la harina de pescado por tonelada se redujo 5,7%, contrayéndose de US$1.434/t a US$1.522/t en el 2018, según el BCRP. En el último trimestre del año pasado, la caída del precio fue de 13,5% respecto al anterior (US$1.508/t vs US$1.304/t). (Ilustración: Giovanni Tazza)
Manuela Zurita

El 2019 no fue el año que las empresas industriales procesadoras de esperaban, después de un 2018 con niveles históricos de biomasa (35% superior al promedio de los 25 años previos).

En efecto, tras el cierre anticipado de la última temporada de captura de en la costa centro-norte, el pasado 14 de enero, por una abundante presencia de juveniles, y con 35,8% de la cuota asignada alcanzada, a lo que se añadió el desencadenamiento de la emergencia global por , la incertidumbre se profundizará para la actividad este año.

Algunos factores serán decisivos para esclarecer el panorama y navegar la crisis aprovechando las oportunidades, confiaron fuentes del sector a Día1.

LA SITUACIÓN ACTUAL

En lo que respecta al sector dedicado al procesamiento de harina y aceite de pescado –el de consumo humano indirecto (CHI)–, las empresas industriales manejan ‘stocks’ en el país que esperan colocar durante el primer semestre de este año, sumándolos a los que procesarán una vez que se inicie la primera temporada del 2020, explica Raúl Briceño, gerente de finanzas de Exalmar.

El ejecutivo recuerda que la peste porcina africana, una crisis sanitaria acaecida en China que diezmó a 3,7 millones de cerdos entre agosto del 2018 y julio del 2019, redujo los precios de la harina de pescado, usada para la alimentación de los cerdos, lo que también afectó a las granjas piscícolas.

En ese contexto, por esa urgencia financiera las empresas peruanas pactaron precios de venta a futuro más bajos en el gigante asiático -que absorbe el 80% de la harina de pescado del Perú-, que ahora deben honrar, apunta Juan Carlos Sueiro, director de pesquerías de Oceana Perú.

De allí que estén sobrellevando deudas de corto plazo más altas de lo usual, explicadas por la poca rotación de inventarios y mayores costos de producción por menores volúmenes de la temporada pasada, indica Briceño. “Financieramente entiendo que hay empresas que están más complicadas que otras. Va a depender de [las facilidades de] la banca. Va a ser un año difícil”, analiza Diego Díaz, economista senior en Macroconsult.

Del lado del consumo humano directo (CHD), el año pasado crecieron las exportaciones de pota, una noticia que el sector saludó, pero contrastó con dos conflictos regulatorios latentes en materia de atún y jurel.

En lo que se refiere al atún, está pendiente de aplicación por parte del Gobierno la no obligatoriedad del cobro del Impuesto a la Renta sobre las descargas de la especie en el país, toda vez que este pago fue exonerado a modo de incentivo para el desarrollo de la industria en el 2007. Al respecto, Alfonso Miranda, presidente de la Cámara Peruana del Atún, informa que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aseguró a la industria que la carga tributaria ya no sería aplicada antes de la emergencia por el COVID-19. “Esta crisis impide que entren barcos [de atún]. No se ha podido constatar la afirmación”, dice, y apunta que hoy las plantas se abastecen de atún importado de Ecuador y Asia. “Creo en la palabra del Estado”, añade Miranda.

En cuanto al jurel, la semana pasada se amplió la cuota anual de 100 mil a 140 mil toneladas (t) para la flota artesanal (también es capturado por embarcaciones industriales). Dicho nivel ha superado ligeramente el del año pasado, que se incrementó dos veces y cerró en 138 mil t, generando ruido en la relación del Perú con la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (OROP-PS). “Si bien nuestro mar no está en la jurisdicción de la OROP-PS, no podemos tomar decisiones arbitrarias”, comenta Sueiro.

Los desembarcos de anchoveta disminuyeron 34,7% el año pasado respecto al 2018, según la SNP. (Foto: Andina)
Los desembarcos de anchoveta disminuyeron 34,7% el año pasado respecto al 2018, según la SNP. (Foto: Andina)

DINÁMICA ANTE EL COVID-19

La emergencia sanitaria por el coronavirus está afectando la actividad pesquera de diversas maneras. En CHI, aunque la primera temporada aún no comienza: en el norte el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) realiza estudios exploratorios hasta hoy para definir la biomasa y, en el sur, se suspendieron ante la emergencia nacional el pasado 18 de marzo. Así, las empresas industriales han optado por operar a mínima capacidad para prevenir contagios.

“Solo estamos atendiendo los despachos programados de exportación y los relativos a pescado congelado para el mercado local, con el objeto de no romper la cadena de suministro”, sostiene Adriana Giudice, gerenta general de Austral. A su turno, en Tasa explican que, pese a la situación, los despachos se mantienen, con horarios limitados de atención por parte de Sanipes.

En CHD, la pesca sí está activa, toda vez que es considerada una actividad de servicio público y proveedora de bienes esenciales.

¿RECUPERACIÓN ESTE AÑO?

A la espera de la primera cuota, en el escenario actual, dos preguntas surgen en el sector industrial. Uno, cuando se abra la temporada, ¿en qué medida se dará luz verde al CHI como actividad necesaria en medio de la emergencia? Y, dos, ¿podrán operar a plena capacidad, con mano de obra y días suficientes de captura? (Existe temor respecto a eventuales retrasos en el anuncio de la primera temporada).

Para Miranda, “no hay por qué alarmarse”, considerando que las últimas tres primeras temporadas se abrieron en mayo, dice. “Hay bastante tiempo”, opina.En el sur, donde se mantiene el dilema entre Produce, gobiernos regionales y la SNP respecto a la oportunidad de pesca industrial a partir de la milla 5, tampoco hay certeza sobre qué resultados podría aportar.

La semana pasada la cuota anual de jurel fue ampliada de 100 mil t a 140 mil t, un volumen similar a la del 2019 (138 mil toneladas). (Foto: Andina)
La semana pasada la cuota anual de jurel fue ampliada de 100 mil t a 140 mil t, un volumen similar a la del 2019 (138 mil toneladas). (Foto: Andina)

MERCADO EXTERNO

En el mercado externo, considerando las restricciones logísticas y una eventual menor demanda ante una anunciada recesión económica global, acota Sueiro, se ha reducido la expectativa que existía sobre la diversificación de mercados en este 2020 para productos peruanos de CHD. “Se estaban viendo prospecciones de negocios en este tema. Ese escenario con el coronavirus se paraliza”, afirma.

Aunque en el sector hay reticencia a realizar proyecciones más allá de junio, hay tres elementos que asoman en el horizonte como ventanas de oportunidad. Según Giudice, durante la pesca de jurel han advertido una abundante biomasa de anchoveta, en línea con el último reporte del Imarpe. Eso podría ser auspicioso para la cuota de la próxima temporada. Además, Sanipes ha anunciado que a partir de mayo acelerará la fiscalización y certificación sanitaria para productos hidrobiológicos de exportación, pasando de 18 a 3 días. En la industria, se preguntan si la metodología considera los tiempos de realización de análisis hidrobiológicos (hasta tres semanas), que no todos los mercados exigen en plantas que cuentan con certificaciones globales, indicaron a Día1 fuentes del sector. Consultamos a Sanipes al respecto, pero al cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.

EXTRAER LO POSITIVO

Si algo de bueno podría traer la cuarentena –y en esto coinciden los entrevistados para este informe- es la posibilidad de impulsar el consumo de pescado durante el aislamiento. Sueiro recuerda que durante la epidemia del cólera, a principios de la década del 90, el pescado era visto como un agente de contaminación. “Nadie quería comprarlo. Ahora el pescado tiene otro rol en el imaginario de la gente. Podría ser una oportunidad de mantener mercados, incluso el interno”, remata.

EN AGENDA: FLEXIBILIDAD Y AGILIDAD

  • La banca está otorgando líneas de crédito y refinanciamiento de obligaciones a las empresas pesqueras industriales, según Raúl Briceño, gerente de finanzas de Exalmar.
  • Además de empezar a entregar certificados sanitarios de exportación digitales, Sanipes implementará un laboratorio de referencia en Ventanilla que le permitirá consolidar el control en todo el país. El proyecto, que surgió hace cinco años, posicionaría a la entidad globalmente, indicaron fuentes del sector.

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