La Justicia de Estados Unidos declaró este lunes a Argentina en "desacato" por desobedecer una sentencia que lo obliga a pagar unos US$1.300 millones, más intereses, a un grupo de fondos de inversión que ganaron un juicio contra el país.
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Los fondos, que Argentina llama "buitres", reclaman el pago total de sus bonos soberanos, que forman parte del 7% de la deuda argentina que no fue reestructurada.
El juez de Nueva York Thomas Griesa determinó que Argentina no puede pagarle al restante 93% de sus acreedores hasta que no le pague también a estos "holdouts".
Debido a esta orden judicial, el país fue declarado en default en julio, al no poder pagar el vencimiento de uno de sus bonos.
Este lunes, Griesa declaró al país en "desacato", a pedido de los demandantes, por considerar que Argentina está evadiendo su orden judicial al haber aprobado una ley que le permite pagarle a sus bonistas reestructurados fuera de la jurisdicción de Estados Unidos.
Sin embargo, por ahora el magistrado postergó la decisión de aplicar eventuales sanciones, como pidieron los fondos.
Este lunes la Cancillería argentina había presentado una carta al gobierno de EE.UU. advirtiendo que una declaración de desacato "violaría el derecho internacional".
Según la periodista de BBC Mundo en Argentina Veronica Smink, existe mucha confusión entre los expertos sobre las consecuencias de una declaración de desacato contra un país, ya que es una figura que normalmente no se aplica a Estados soberanos.
Este martes, Argentina debe pagar unos US$200 millones por el vencimiento de sus bonos Par.