Bloomberg .– La crisis griega distrajo la atención del testimonio semianual ante el Congreso de la semana pasada de la presidenta de la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos, Janet Yellen.
La mayor parte de la cobertura se concentró en los intentos de Yellen de rechazar los ataques a la autonomía y la transparencia del banco central. Pero la presidenta de la FED también proporcionó importantes análisis sobre el futuro de la política de tasa de interés.
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► Momento:Sobre la base de lo que sabe hoy, Yellen se inclina por iniciar el ciclo de aumentos de la FED este año, y tal vez en septiembre. En lugar de esperar hasta 2016, cuando tendría que subir las tasas de interés de forma más enérgica, instrumentaría una campaña gradual de aumentos a partir de este año y se desarrollaría según los nuevos datos económicos.
► Lógica: Si bien el crecimiento salarial sigue siendo demasiado bajo, Yellen estima que el mercado laboral de Estados Unidos se fortalecerá con el impulso de una marcada generación de empleo. Sumado al crecimiento moderado de la demanda interna, se estima que el mejor panorama del empleo apuntalará la recuperación del decepcionante crecimiento del primer trimestre.
► No sólo cíclico: Yellen parece estar aceptando la idea de que la economía de los Estados Unidos enfrenta más que obstáculos cíclicos. Al tener en cuenta el papel de las cuestiones estructurales, comprendidos un crecimiento moderado de la productividad y una respuesta lenta de la oferta, puede abrigar menos temores respecto de una inflación que socave el objetivo de la FED.
► Contexto internacional: Si bien la crisis griega es un motivo de preocupación, Yellen no cree que sus efectos se limiten a lo negativo. También ve un riesgo positivo para Europa.
► Formato: La presidenta de la FED proporcionó nuevos indicios de que no se trataría de un ciclo tradicional. En lugar de ello, es probable que comprenda un nuevo tipo de avance. Sus antecesores en la FED han preferido fijar aumentos en cada reunión hasta lograr el objetivo buscado. Yellen adoptará un abordaje más condicional.
► Punto final: Yellen también se ha reconciliado con la idea de que los incrementos podrían terminar con una tasa de interés muy por debajo de los promedios históricos, pero no ha brindado más detalles.
► Divergencia global: Si bien podrían reaparecer temores en relación con la fortaleza del dólar, no se los calificó de impedimento para iniciar el ciclo de aumento de la tasa de interés este año. A esta altura, a Yellen no le preocupa demasiado que la FED, mediante una política de menor acomodamiento monetario, se aparte aun más de otros bancos centrales (en especial del Banco Central Europeo).
Si bien proporcionó esos lineamientos, también fue evidente que Yellen quiere conservar una flexibilidad significativa. Resultó claro por su renuencia a tratar de manejar las expectativas del mercado de manera más enérgica.
En los últimos meses, algunos inversores se han equivocado al estimar que los aumentos de tasas comenzarían en 2016. Prestarían más atención a los siete puntos de Yellen y cambiarían sus estimaciones si, como es probable, la economía estadounidense continúa recuperándose y si el último acuerdo de la zona del euro restablece algún tipo de normalidad en la economía griega (lo cual es posible, pero mucho menos probable).